O tempora, o mores!

POSTALES NAVIDEÑAS

¿Serán los tiempos? ¿Será la edad? ¿Serán los tiempos y la edad juntos, los que hacen que veamos el mundo de forma diferente? ¿Es el mundo el que cambia, o somos nosotros los que nos vamos quedando atrás y no nos acomodamos a su marcha? ¿Es necesario que nos acomodemos? ¿Avanzamos, retrocedemos? That’s is the question! Además es una pregunta que se plantea cada generación, desde que a este planeta le dio por dar vueltas.

Filosofías aparte, la pregunta se la hace el Náufrago ante un hecho que tiene que ver con las fechas que vivimos. “¡Cómo hemos cambiado!”, cantaban unos jóvenes ‘presuntamente implicados’ en el asunto. Recuerda el Náufrago que hace aún pocos años por estas fechas, se hacía su provisión de tarjetas para felicitar a los amigos, al tiempo que recibía otras cuantas que iba colocando por las estanterías, en el espacio que dejaban los libros…

Poco a poco el teléfono mató a las tarjetas. Ya no teníamos tiempo para escribir unas palabras más o menos sentidas y personales. Llegaron luego los móviles, los sms, el Messenger, las pps , los hotmails y terminaron de matar a las ‘postales’. No sé si UNICEF y sus tarjetas han sentido los efectos de los nuevos mensajeros y se ha modernizado, sólo sé que ya llegan muy pocas felicitaciones de papel y hueso al buzón de la isla. Aparte de Citroën que le indica que “todos los caminos llevan a Belén” y que “sea cual sea mi camino el próximo año, quieren recorrerlo conmigo” (será porque les compré un C3 el año que nos lleva y esperan que aún dure), tan sólo el infatigable Isidoro Álvarez y su Corte inglesa sigue siendo fiel a la cita navideña y pocos más. También, por razones que no vienen al caso, ha llegado hasta el buzón isleño una hermosísima tarjeta de felicitación de don Julián Lanzarote, Alcalde reinante en la capital charra, para quebradero de cabeza de los usuarios de los autobuses municipales .

Pero sean cual sean los problemas del alcalde salmantino con sus vecinos, hay que decir que su tarjeta es un modelo de buen gusto de difusión del arte que alberga su ciudad y un poco, bastante, mía. Tanto don Isidoro como don Julián, o quien se encargue de estos menesteres en sus respectivas entidades, dan prueba de sensibilidad que va desapareciendo de las felicitaciones navideñas. Ahora cualquier monigote, estrella, calcetín, árbol, vale para acompañar fórmulas hechas. Poco a poco han ido desapareciendo las figuras centrales que representan a los protagonistas de estas fiestas. No se sabe si eso es progreso, regreso, ignorancia o qué sea, pero sí hay que decir que no dejan de ser hermosas esas representaciones, ya sea la Visita de los Reyes Magos de la puerta principal de la Catedral Salmantina o La Sagrada Familia con Santa Ana de Rubens, en el Museo del Prado, de don Isidoro.

Por mucho que miremos hacia delante, ‘volver la vista atrás, es bueno a veces’, aunque no sea precisamente para escuchar a las karinas.

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Una excelente página para visitar, más allá de las creencias que uno tenga.
Simplemente como una hermosa lección de Cultura, Religiosidad, Historia del Arte.
Todo un placer para la vista y el corazón.
http://www.champagnat.org/es/260400003.htm