Un Calendario romano, muy humano

Parece ser que llegadas estas fechas caducifolias en que astrólogos, emperadores, pontífices o revolucionarios, según las épocas,indicaron que correspondía arrancar la última hoja que señalaban las calendas y pasar al siguiente año, toda una serie de cuerpos ( verbi gratia el de bomberos), equipos... de balonmano, por ejemplo, asociaciones (amas de casa) y tripulaciones de azafatas han decidido apuntarse a esto de la 'caída de la hoja'. Los calendarios se convierten en una eclosión de torsos, nalgas, pechos y demás floraciones primaverales.

Hasta ahora, los más rápidos habían sido los miembros del macizo cuerpo de bomberos que por oficio deben estar en plena forma, dispuestos siempre a ser los primeros en apagar fuegos, manguera en mano.Más tarde se han ido sumando a la tarea diversos 'colectivos' por usar un vocablo que agrupe a las más dispares cofradías. Así aparecen en cualquier Facultad estudiantes y estudiantas , pobres en euros y ricos en encantos, ofreciendo más o menos generosamente a las cámaras, sus 'billetes' para pagarse cualquier viaje de estudios y aventuras.

Las azafatas, habituadas a volar alto, no han querido quedarse atrás y han decidido levantar el vuelo y los velos, ante el escándalo de las nuevas talibanes vigilantes de la nueva moralidad.

Y ya puestos, en esta loca y descocada carrera de "todo por la pasta" también se ha incorporado al 'nec-otio' el Vaticano o sus entornos aunque 'soto voce', como corresponde, haya declarado que " no es un producto oficialmente autorizado". Sea todo, cual corresponde, A.M.D.G. a mayor gloria divina. El 'producto' como se dice ahora en este mundo de venta de todo lo vendible, parece ser que ha sido y es todo un éxito.




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Faltan tres.
Seguro que son los de los meses de otoño, en pose de "hojas caídas"

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