La camarera

LA SERVEUSE DU BAR

Son las once y media de la noche, pasadas. La ciudad de La Rochelle se va a acostar, La Tour de la Lanterne vigilará su descanso, mientras sueña en glorias pasadas. La camarera del Bar del Puerto está recogiendo vasos y platos que han dejado los últimos clientes. Ha sido un día duro y ya sólo piensa en el descanso que le espera. Con cuidado, va colocando vasos y tazas en la bandeja, hasta recogerlos todos. Siente ganas de encontrar la cama y dejar en la bolsa de los recuerdos un día más de tarea y de trabajo.

Ya tiene todos los vasos colocados, ahora sólo falta llevarlos al otro lado del mostrador y la jornada se dará por terminada. No quedará más que el patrón eche el cierro al bar.

Pero el loco destino tiene otros planes…


P.D. Ya está todo recogido. Media vuelta... ¡zás! Tropieza en una banqueta mal colocada, tropieza en otra, y vasos, bandeja y camarera se dan de bruces contra la luna del bar.El cristal salta roto en mil pedazos como si un meteorito hubiera alunizado.

No se sabe nada de la 'serveuse', pero su desgracia, provocada por el ciego azar, despierta una gran ternura por la cuidadosa muchacha. Adiós descanso, adiós sueños y reposo biewn ganado. Y es que la vida y sus azares nos juegan a veces estas malísimas pasadas.

¿Por qué nos siguen haciendo 'gracia', las desdichas ajenas? ¿ Es el contraste entre el cuidado y la desgracia?

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