Cambio ministerial…

…¿Y POR QUÉ NO HACEMOS OTRO CAMBIO?

El Náufrago no entiende ni papa de Política, pero como todo españolito que se precie, se considera con derecho a criticar las decisiones del Gobierno, sus remodelaciones y a hacer la alineación de la Selección de Fútbol cuando los resultados no son favorables. Es un derecho que recoge la Constitución Española no escrita.

Esta tarde ha visto en los periódicos digitales las caras y los nombres de los nuevos/viejos ministros y apenas ha entendido nada del por qué aparecen unos, desaparecen otros, intercambian las carteras o resucitan viejas glorias. Vete tú a saber las fechorías que ha hecho D. César Antonio Molina, ha poco sustituto de Pixie Dixie, si fue recibido en olor de entusiasmos. Quizá sea para poner en pantalla a una Ministra de cine, como rezan los titulares mediáticos. Tampoco sabe qué no habrá hecho el exministro de las células madre para que le hayan quitado el microscopio.

Ya tenemos tres vicepresidencias, con exceso de cuota. Esperemos que no haya polémicas sobre quién ‘vicepresidencia’ mejor. Lo más preocupante es que Doña Salgado en lugar de apagar los humos de la crisis, avive más la hoguera. Podríamos seguir jugando a las quinielas, entretenimiento muy español, pero basta ya de decir tonterías. Aunque le viene a la cabeza una semi idea que le ronda por el coco. ¿Y por qué en lugar de cambiar a los ministros de sitio o de cartera, para hacer creer que así cambian las cosas, no se cambia de Presidente? Sería más fácil y a lo mejor se notaba más el cambio.

(No le hagan caso. Habíamos quedado que el Náufrago, en cuestiones políticas no entiende ni papa. Estaría más guapo callado)

Comentarios

M. Luz ha dicho que…
Pues qué quieres que te diga, creo que el único nombramiento coherente es el de Gabilondo.
De todos modos, creo que ha quedado muy claro, en estos cinco años, que los ministros hacen lo que quiere su jefe. Si alguno tiene iniciativa distinta a las iluminaciones del líder (caso Solbes), dos palabritas y el afectado recoge velas a toda idem.
Julio ha dicho que…
Sí, creo que el Ministro filósofo y metáfisico debe saber qué es lo que tiene entre manos. Otra cosa es el margen de maniobra que le permitan y la pasta con que cuente para resolver el problema educativo, tan necesitado. No sólo en la Universidad, sino en la base, algo que los profesores universitarios no conocen a fondo.

La Cabrera ha pasado por el cargo sin romperlo ni mancharlo.

Feliz reposo

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