Las voces que se callan

JOAN BAPTISTA HUMET: LA SENSIBILIDAD

Poco a poco se nos van apagando voces que amamos, dejamos de oír palabras que resonaron intensas dentro de nosotros. Voces jóvenes aún que nos va arrebatando la vida, voces que escuchamos muchas veces y nos hicieron soñar o vivir realidades y sueños.

Se ha apagado una voz limpia tan “Clara” como las letras de sus canciones “perdidas entre ansiedades y ambrosía”. Se nos apaga un poco la ‘lucecita que apenas se ve’ que cuando estamos a solas, a lo mejor, sigue repitiendo “que no soy yo, que aún no soy yo”. ¿Cuánto tiempo se necesita para llegar a esas cosas? “How many roads must a man walk down /Before they call him a man…”

En homenaje a ese hombre sencillo, de alma serena, que no quiso plegarse a las presiones del negocio y del dinero. Así se expresaba en el mensaje de Bienvenida de su blog:

“Siempre he tenido un sueño, no sé por qué. Siempre me ha cautivado la idea de ser autosuficiente en mi trabajo. Y la vida, hoy, se empeña en llevarme a ello. Lo que parecen dificultades, a menudo sólo lo son en apariencia; en realidad, la vida nos ofrece a cada paso una oportunidad. Pero tenemos miedo al cambio, porque en cada cambio algo muere en nosotros. Y en mí algo murió estos últimos años: mi propio sentido de la dependencia, mi concepción como artista "al servicio de...", o "tutelado por..."

Cuando decidí volver a cantar me asaltó un júbilo maravilloso. Era lógico: durante más de quince años había negado conscientemente tal posibilidad. Y una vez aflojé y acepté el reto de encarar mi vuelta, toda mi energía se puso en marcha en esa dirección. He vivido siempre hechizado por mis actividades; he vivido apasionadamente cada instante de mi vida. Y la música fue eso, más que trabajo fue mi vida, la forma natural de expresarme”.

Vaya por él, en su recuerdo, este pequeño homenaje: