Un crucero de en_sueño

Es normal que el Náufrago sueñe de vez en cuando. A veces sueña con barcos, una manía como otra cualquiera. La pasada noche, el Náufrago soñó con el Crucero de la Felicidad. ¡Qué tontería! ¿Verdad? Habitando una isla, con todo cuanto necesita, y además una perrita. Pero los sueños, sueños son y no queda más remedio que embarcarse en ellos cuando arriban a puerto.

El sueño empezaba en el puerto, como es natural. Frente al crucero una fila de coches de época, perfectamente alineados. Se supone que para escogiera uno y darse una vuelta por la ciudad visitada. Bueno, en realidad no está seguro si era para eso, porque jamás se ha cruzado con un crucero. El caso es que el puerto estaba lleno de mirones a los que se les salían los ojos pasando revista a aquellos lujosos viejos cacharros. El Náufrago aprovechó para echar un vistazo al barco de proa a popa y de babor a estribor, o no sabe si al revés.

Tras esta primera visión subió directo por las escaleras donde un buffet le esperaba con toda una exposición de frutas, verduras, mariscos, carnes surtidas y otra serie de bebidas y delicatessen. Paseaba sus ojos y no sabía qué escoger, tan ensoñado estaba. Además estas cosas suelen pasar en los sueños. La duda convive con lo extraño.

Se supone que ‘buffeteó’ y después subió a su camarote desde donde se divisaba una hermosa vista del muelle y de toda la ciudad. Se hallaba en el piso 14. No deshizo el equipaje que no llevaba, porque en los sueños no reparan en esos detalles o se supone que lo llevan los soñadores.

Como tenía aún tiempo hasta la hora del dîner, o como se llame, se dedicó a recorrer todos los pisos del buque, barco, crucero o lo que fuera, que para eso se llamaba Independence. Sus ojos no daban abasto para ver tanta piscina, tanto campo de golf, gimnasios, yakuzzis, bares, comedores, salones de baile, teatro, salas de exposiciones, teatros, casinos, galerías comerciales… Mareado estaba de ver tanto lujo y tanto exceso.

Fatigado, se dirigió a una azafata de falda roja para rogarle que por favor le indicara dónde se encontraba la sala de la Felicidad que es por lo que él se había puesto a soñar y no la había encontrado en ningún sitio de los visitados. Quizá porque estuviera en un lugar muy reservado.
- Estimado señor…(?)

- Náufrago, señorita. Llámeme Náufrago.

- Estimado señor Náufrago, lo siento, en nombre de la Compañía del Indepence of Seal y el mío debo decirle, que aquí vendemos lujo, confort, diversión, bailes, masajes, posibles romances, teatro, excursiones, pero de eso tan raro que busca usted, no disponemos. Lo lamento en nombre mío y de la Compañía, pero se ha equivocado de cayuco.
Entonces sonó un ladrido y se sobresaltó. Era Douce, con su guauu despertador.

- Oye, tío, que son las once y estás roque. Es la hora del paseo.

El Náufrago comprendió, salió de su sueño, y pensó que esa Señora no se encuentra en los sueños. Y Douce y él salieron de paseo.

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Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Náufrago, acabo de ver un video en televisión y me he acordado de tí. Se me ponen los pelos de punta al recordarlo...
Se observa el atropello de un perro en una gran autovía de Chile y un perrito pequeño que intenta salvarlo jugándose la vida.
Me encantaría pensar que sobrevivió para redondear más la historia. Sin embargo, el final fue otro.

A ver si lo encuentras por internet. Seguro que lo cuelgan.
No quiero pensar que ese perro más grande fuese víctima de un abandono aunque podría ser...andaba despistado...

Felices sueños (a pesar de esta historia macabra que relato como lección para muchos). Parto hacia las Compostelas.
Anónimo ha dicho que…
Gracias por ese recordatorio. Vi un vídeo parecido, no sé si ocurrido en un país asiático o es ése al que haces referencia.

Se ve a un perro atropellado en medio de una avenida mientras otro perro le protege, se queda a su lado tratando de auxiliarle, con riesgo de ser también atropellado. No quiero hacer comparaciones. Sólo sé que muchos animales nos dan lecciones cada día, en un mundo cada vez más insolidario.

Prefiero quedarme con estas lecciones y olvidarme de todo lo demás.

Feliz noche y buen viaje a tu 'nueva' ciudad. Vete con cuidado.
Campurriana ha dicho que…
Náufrago, muchas gracias por tus deseos. Esta noche duermo en La Coruña. Entre una ciudad y otra ando últimamente...
Voy a echar un vistazo a tu nueva entrada.

Felices sueños.

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