Zoom sobre la miseria, la incertidumbre y la desesperanza.





Primero llegaron hasta esta isla unas cifras que iban aumentando: 2,532.654, 2.678.532, 2.818.026, 2.935.876… El número de desempleados iba, sigue in crescendo. Eran cifras sin cara. Ayer vio la portada de una revista con varias colas. Filas de espera como las que ve a diario cuando pasa por delante de las oficinas de las distintas consejerías regionales.


- EL INEM. Se aproximó un poco más para ver aquellas colas hechas de frío, desesperanza, incertidumbre, inquietud, vergüenza… Caras de preocupación y de cansancio, miradas perdidas, jóvenes, maduros, sexagenarios… Son la 8:30, aún falta media hora para que se abran las puertas de esta oficina del INEM. Hay gente que espera desde la madrugada.

-Se llama Miguel, es español, tiene 62 años. Prejubilado de RTVE.
«Ésta es la tercera vez que estoy en esta cola. La primera vine, inocentemente, a las 9 de la mañana y, claro, salí a las tres de la tarde sin que me atendieran. He estado 44 años trabajando para TVE. Yo no quería prejubilarme. Al principio, esto es muy duro.»
- Medio metro más atrás está Carmen, 46 años, administrativa:
«Creo que traigo todos los papeles que necesito. Ya me conozco bien los trámites de darme de alta en el paro, mi último trabajo me duro 4 meses” Lo mismo ocurre con Mauricio, 23 años: “Lo peor es el frío. Llevo aquí más de dos horas” Espera que le toca antes de la hora del cierre, a las 2.
Son parados, sin trabajo, 6,200 cada día, 4 desempleados por minuto. Un récord


- El INEM de las monjas.- Son emigrantes, la mayoría mujeres sin cualificación. Esperan en la fila del “INEM de las monjas”. Buscan un trabajo como empleadas de hogar. Las monjas hacen de intermediarias, pero sólo pueden atender a 30 por día.

- Allí está Victoria Coca, boliviana, alta, fuerte. “
"Llevo un mes viniendo. Ya no puedo pagar la tarjeta de transporte, ni siquiera el bonobús. Toca caminar. Ojalá nos dieran un vuelo gratis para volver a mi país, aunque sea en un avión viejo.”
- Cerca de ella Luci Sánchez, también colombiana.
"Vivo con mi hija. Sólo comemos un plato al día de arroz o pasta. Si la cosa no mejora, regresaremos en 2009.». Detrás Alejandrina Alcoba, Perú.” Somos gente sufrida, a veces no me llega ni para el metro, aún así, saldremos adelante.

Me salto la fila del Registro Civil y la Oficina de Extranjería. Españoles y extranjeros hacen cola para poner al día sus papeles.

- VÍVERES EN ACOGEM.- Es la quinta cola. Son las 10 de la mañana. Cientos de personas, españoles y extranjeros, hacen cola esperando llegar a la puerta metálica. Con suerte recibirán una bolsa con víveres de primera necesidad. Hoy la Cruz Roja ha facilitado: arroz, fideos, galletas, aceite y leche.

-Segundo. Ecuatoriano, 50 años, albañil.
“No pago la hipoteca desde hace seis meses. El banco ya me ha dicho que voy a perder el piso y los tres años y medio que llevo pagados: casi 30.000 euros. Me quedan cero euros y no encuentro trabajo en la construcción."
- Sin nombre, Bolivia, 32 años
"Vengo aquí cada semana desde hace tres meses. Nos dan comida como para una persona. Lo peor es que no hay nadie con criterio en la puerta. Los europeos pasan antes, aunque lleguen más tarde. ¡Hay unas broncas…!»
Me alejo de las colas, pensativo, incrédulo, impotente, rabioso, apesadumbrado. Tan cerca, tan lejos, de mis preocupaciones. Avergonzado de mí mismo, pensando en lo que ‘me falta”. ¡Qué paradoja.
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Información recogida de: XLSemanal. 23-29 de Nov.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Detrás de una cifra siempre hay una cara, una vida, una persona, su historia...

Si nos paramos a pensar detenidamente en los números que nos detallan los telediarios, nos volvemos locos.

Por otro lado, hay que pensarlo.

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