Silencios reales

Don Restituto un día quiso llamarse Regino, pero viendo como está el panorama prefirió no mencionar a la ‘bicha’, al ver por dónde soplaban los vientos. No sabe si hizo mal o bien al privarse de un capricho como otro cualquiera, y apuntarse a lo que piensa el rebaño.

Se diría que este reino no tiene problemas más serios, sino que lo más importante es lo que se suelta por la boca y no lo que se hace. Es frecuente que toda la fuerza se nos vaya por la sin hueso y todos los problemas que nos acucian son los ‘dogmas’ de los ‘bien pensants’ de la ‘gurugancia’.

Doña Sofi ha tenido la osadía de expresar lo que piensa, pero parece ser que a esa ‘casta execrable’ no le está permitido expresar libremente lo que piensa, y que calladitos están mejor. No sé si también su marido le ha dicho el otro día, cuando la reina apagó la luz y le dio las ‘buenas noches’, “Sofía, ¿por qué no te callas?”. La respuesta de la aludida cada cual puede imaginarla.

No sé si le dijo, “porque no estoy en Afganistán” o le dijo otra lindeza. Pero lo cierto es que en este reino de taifas, debe de haber alguna norma que diga: “Aquí to er mundo puede decir lo que piense, sobre todo si es lo que les gusta a algunos, pero las reinas, calladitas están mucho más monas”.

La verdad es que don Restituto está hecho un lío y cada día entiende menos a un país con tanto sabio.

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