Entre Obama y 'Las Llamas'
PASEANDO POR EL PARQUE
La verdad es que D. Florencio estaba saturado de la tromba mediática que nos ha caído encima estos últimos días. A pesar de ver apenas la televisión, prescindir cada vez más de la radio y seguir sólo medio fiel a la lectura del periódico, estaba harto. Dice ‘leer’, pero no es exacto porque lo que hace es pasar y pasar páginas, leer algún titular y detenerse en algunas firmas, de las que también va desertando porque se diría que se ponen de acuerdo para coincidir en lo mismo.
El caso es que por mucho que quisiera vivir al margen del mundo mediático, no sonaba más que un nombre. Obama, Obama, como si de pronto el globo terráqueo hubiera cambiado su signo de rotación y en lugar de girar en torno al sol rotara y se trasladara en torno al nuevo Astro que iluminará en adelante nuestro planeta.
Decidió pues sacudirse de encima tanta unanimidad y seguir su propia rotación entorno a sus gustos y deseos. Asistió a sus ejercicios gimnásticos y a la vuelta aprovechó para pasearse por la llamada “Vaguada de las Llamas”, convertida hoy en “Parque Atlántico de las Llamas”.El tal parque o vaguada ha sido objeto de apasionadas discrepancias entre los gurús ecologistas y las autoridades locales intercambiándose cariñosas interpelaciones y desaires.
Pero D. Florencio había escogido esta mañana un paseo tranquilo para solazarse, disfrutar de la paz y el relajo a que invitaban el carrizal, los espacios acuáticos, las zonas de paseo y de recreo, los graderíos con plantas y los espacios arbolados. Necesitaba simplemente descansar, sentir la paz, y aprender a mirar.
Y eso hizo. Cámara en mano fue recogiendo aquellos ángulos, espacios, gentes o rincones que reclamaban una mirada. Era además un consejo del profe del curso de imagen que está siguiendo, y hacer alguna práctica de contrastes, saturación, píxeles, filtros, ajustes y demás jerga fotográfica. Lo que no podía mejorar eran las posibilidades de su modesta Olympus.
La verdad es que D. Florencio estaba saturado de la tromba mediática que nos ha caído encima estos últimos días. A pesar de ver apenas la televisión, prescindir cada vez más de la radio y seguir sólo medio fiel a la lectura del periódico, estaba harto. Dice ‘leer’, pero no es exacto porque lo que hace es pasar y pasar páginas, leer algún titular y detenerse en algunas firmas, de las que también va desertando porque se diría que se ponen de acuerdo para coincidir en lo mismo.
El caso es que por mucho que quisiera vivir al margen del mundo mediático, no sonaba más que un nombre. Obama, Obama, como si de pronto el globo terráqueo hubiera cambiado su signo de rotación y en lugar de girar en torno al sol rotara y se trasladara en torno al nuevo Astro que iluminará en adelante nuestro planeta.
Decidió pues sacudirse de encima tanta unanimidad y seguir su propia rotación entorno a sus gustos y deseos. Asistió a sus ejercicios gimnásticos y a la vuelta aprovechó para pasearse por la llamada “Vaguada de las Llamas”, convertida hoy en “Parque Atlántico de las Llamas”.El tal parque o vaguada ha sido objeto de apasionadas discrepancias entre los gurús ecologistas y las autoridades locales intercambiándose cariñosas interpelaciones y desaires.
Pero D. Florencio había escogido esta mañana un paseo tranquilo para solazarse, disfrutar de la paz y el relajo a que invitaban el carrizal, los espacios acuáticos, las zonas de paseo y de recreo, los graderíos con plantas y los espacios arbolados. Necesitaba simplemente descansar, sentir la paz, y aprender a mirar.
Y eso hizo. Cámara en mano fue recogiendo aquellos ángulos, espacios, gentes o rincones que reclamaban una mirada. Era además un consejo del profe del curso de imagen que está siguiendo, y hacer alguna práctica de contrastes, saturación, píxeles, filtros, ajustes y demás jerga fotográfica. Lo que no podía mejorar eran las posibilidades de su modesta Olympus.
Comentarios
Las fotos con su modesta Olympus le quedaron muy lindas y nos ayuda a ir conociendo de a poco la ciudad de Santander.
Kaló savvatokíriaco!!