Manuel Alexandre

MI SONRISA ES LA ‘IRONÍA DE LA TRISTEZA’

D. Evencio se siente cada día más alejado de este mundo. Entiéndase, o si lo prefieren, piensen lo que les de la gana. Este alejamiento es hacer oídos sordos y ojos ciegos al mundo con sus ‘pompas’, los ‘personajes’ y ‘personajas’ que salen en los papeles, en la televisión, aquellos que inundan las norias y salsas semejantes, tertulias siempre con los mismas jetas, soltando sus respectivos credos de verdades dogmáticas. A D. Evencio le hartan cada día más. La supuesta ‘libertad de expresión’ se parece cada vez más a una pamema, donde nadie se apea del burro ni se aleja del pesebre del que come. La ‘comunicación’, está en manos del dinero de los de la crisis, de los que no quieren apearse del escaño y las riendas de los del santo rosario.

Así que cuando coge los papeles, porque las antenas y las pantallas las tiene ya bastante ignoradas, pasa hojas y hojas y se detiene en leer las opiniones de los que ocupan puestos ‘secundarios’. Serán llamados ‘secundarios’ como actores, pero son de primera categoría como personas contando sus normales peripecias que no saben a engolamiento, sino a sencillas lecciones aprendidas de la vida.

El ‘personaje’ en que se ha detenido D. Evencio esta semana se llama Manuel Alexandre. Noventa tacos a su espalda, bien trabajados, su eterna sonrisa triste, su voz de gorgoritos y su cara de buena persona, sencilla y sincera: “No creo nada de mí. Yo nunca he creído lo que he vivido”, repite cada vez que le preguntan por él y por su vida. Frases que sólo dicen los que pasan por la vida haciendo lo que quisieron o lo que pudieron, sin darse más importancia. A los demás, juzgar de su valía que no es cosa que a él le interese. A D. Evencio le gustan estos personajes.

Si el entrevistador le pregunta: -“¿Usted a qué edad nació? (excelente pregunta) La respuesta del que ha vivido muchas vidas: -“Yo he nacido a muchas edades… El ser humano cambia mucho con el uso”. Irnos haciendo poco a poco ¡cuando hay tantos por ahí que se mueren ‘des-hechos’!

El periodista vuelva a la carga, algo extrañado: “Usted ha dicho que no cree en usted. Si es así ¿Qué puede esperar de Dios?”. La respuesta es clara y sincera: “Uno de los dolores de mi vida es no poder creer en Dios, en lo religioso”. Hay muchos D. Evencios que sienten lo mismo y bien que lo lamentan. Pero no por ese Dios que venden las religiones.

En los oídos de D. Evencio resuena la voz de gorgoritos, ‘la ironía de la tristeza’, como él la llama. Lo conoce a través de algunas de sus actuaciones, siempre lo ha encontrado un personaje entrañable. Pronto aparecerá en la TV.Movie en “20 N”, en el personaje de Franco. La verdad es el maquillaje hace maravillas, no sé si podrá maquillar también el alma. De todas las maneras, ¡suerte, viejo ‘secundario’!

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Mi homenaje para este actor desde aquí aprovechando tus palabras, Náufrago.

Un secundario realmente protagonista. De eso no hay duda.

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