Una botella al mar

Acabo de recibir este mensaje-carta. Venía en una botella, sellada, con fecha de 12 de febrero de 2006, lanzada de cualquier playa sin remite y sin destino. Pero ha llegado a esta isla. La he leído… ¿O lo he soñado? No podría decirlo exactamente.

Pero ya que ha llegado a la isla, quiero que quede aquí tal como ha llegado, enrollada en un pergamino, atado por una cinta de seda roja. También he querido conservar la botella y el corcho lacrado con una A mayúscula. Misterio.



QUISO QUERER... Y NO SABÍA

Nunca pensé que debería preparar este momento,
te creí tan recia y dura, que la muerte no podría con tu vida.
Que le plantarías cara, eternamente, como se las ha plantado
a todos los rigores de esta vida,
al frío, al hambre, a los carámbanos del patio,
a tu asma infinita, que te ahogaba por dentro.
Toda, en cuerpo y alma,
entera.
Ese asma que te ha impedido respirar, a cuerpo y alma,
a pulmón abierto,
el rudo frío castellano, el cálido aire del cariño.

Has tratado de respirar amor, ternura, besos, cariño, abandono,
Y no has podido. No has sabido. No te enseñaron,
y se te quedó todo dentro. Niño, muy niño, casi recién nacido.
Nonato.
Tus manos querían acariciar y no sabían,
tus labios se abrían para besar y no aprendían
tus bellos ojos azules querían volverse tiernos y no acertaban
tu corazón latía y no sabía bombear los sentimientos.
Te consumías por dentro, sin saberlo,
ignorante de ti misma, sin conocerte dueña
de los amores que tenías.
No lo sabías expresar, porque nadie te enseñó cuando debían.
Te lo llevas , intactos, casi todos,
ignorante casi total de los tesoros que poseías.

Apenas unos cariños postreros de nietos y bisnietos
que no amenazan, sólo regalan, palabras y sonrisas.
Sólo ellos han sido capaces de abrir tu caja de Pandora
donde se guarecieron todos tus afectos, tu ternura.
El cofre donde se quedan miles de besos sin estrenar,
mil abrazos, los mil ‘tequiero’ que nunca balbuciste,
mil perdones, mil disculpas, miles de tristezas inconfesadas,
cientos de miles de penas soportadas y vividas,
en silencio, a solas.

De pie, erguida ante ti misma,
Sin manifestar nunca debilidad alguna.
Ahora que te vas, sin saber despedirte del todo,
ahora que tu corazón se está apagando,
ahora que el respirar te cuesta tanto,
tanto como a tus pulmones expulsar
al aire tus deseos, tus quereres , tus penas...
Y no acertabas. No sabías.
Ahora que te vas, yo que pensé que nunca partirías,
que plantarías cara a la muerte,
como has hecho frente a la vida,
Porque así te dijeron que había que hacer,
ser así de fuerte, así de dolorida.
Que decir “te quiero”,me duele el alma”, “estoy triste”
“siento deseos”, “no me entiendo”, “perdona”,
“necesito que me quieras”, “quiero querer”, “no sé quererme”
“el amor me está prohibido”...
Tantas “debilidades” no confesas, tantas “necesidades”
impronunciadas para siempre, no descritas.

Ahora que intentas respirar y el respirar, te duele
tanto como las ansias nunca dichas.
Yo sé que no te vas, nunca te vas a ir del todo,
mientras yo viva.
Porque estás en mí, poseyéndome,
habitándome, inundado me tienes
de las cosas nunca dichas.
Te llevo dentro, me ocupas, con el encargo imperioso,
-siempre tan tuya-
de que yo exprese lo que siempre callaste:
- “¡Es una orden!” casi gritas.
Y de repente, por una vez en tu vida,
cambias el tono, se iluminan tus ojos,
sonríes levemente, mientras tus ojos azules
susurran bajito: “perdona”... y añades
- “Hazlo tú por mi, di lo que yo nunca jamás supe decir, lo que no te enseñé a expresar porque no supe.
- Tampoco tuve quien me lo enseñara-
Por favor, no dejes de hacerlo, me voy sin saber quién era, me llevo un secreto que yo misma ignoraba que tenía. Tan celosamente lo he guardado, que ni yo misma sabía que existiera.

- “Trataré de hacerlo, trataré a aprender,
Lo estoy haciendo. Ahora que te vas,
pero te quedas en mí, ahora que no vas a estar,
estando, no vas a poder resistirte a que quiera.
Ahora no podrás apartar esa mejilla,
ahora podré yo sellar tus labios
ahora no podrás rechazarme las caricias.
Porque estás indefensa, no podrás
defenderte de ti misma.
Te querré como nunca te dejaste.
Como tu quisieras , como yo querría.
No podrás impedirlo, porque te voy a hacer
a la medida de mi mismo o de tú misma,
si hubieras sabido quererte .

La madre, madre.
La madre amor, la madre que es ternura,
perdón, feliz, débil, alegre, fuerte, triste,
insensata, cambiable, razonable, entusiasmada,
preocupada, contenta , deprimida, cansada,
tranquila.

La madre que quiso ser, que no supo,
que no sabía. No se atrevía.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Es increible como artistas de nuestro pequeño pais están tan presentes en diferentes partes del mundo.

Luego de leer tu post, tan sentido, me puse a navegar y me encontré con el blog de una colombiana que también cita a nuestro querido Mario, tan sencillo él y tan cercano que casi no es posible imaginarnos que sea tan famoso.

Me encántó lo que escribiste Naúfrago.

Entradas populares