Una hermosa burrada

Lo necesitaba. Necesitaba en esta tarde domingo un respiro, una infusión de calor, de ternura, de humanidad, aunque me la dieran unos burros y unos niños. Lo tenía reservado para sentir este soplo de cariño que me hicieran olvidar por un rato, chismorreos, violencias a la puerta de una discoteca, descalificaciones, trampas y desdenes. Yo también necesitaba una sesión de asinoterapìa.

Por eso había guardado estas imágenes, para momentos dominicales donde sólo hay goles, patadas, victorias y fracasos. Ver a niños a lomos de pacientes burros que les ayudan animosos a mejorar sus discapacidades. Ver sus caras de felicidad que se transforman en sonrisas mientras acarician con sus ‘guantes’ los lomos o el cuello de los tranquilos asnos. Madres a las que se les alivia el corazón viendo a sus hijos disfrutando, olvidando tantas horas de preocupación y dolor callado. Asistir al paseo, orgullosos y felices también, de los que cuidan de estos asnoterapeutas.

Estas imágenes relajan y sirven también de terapia para el ánimo. Gracias y felicitaciones a todos los que participáis en estos proyectos.



Ver: " El Refugio del burrito"

Comentarios

Entradas populares