Políticamente incorrecto, personalmente saludable

“¡A la porra, la corrección política!", debió decir Juan Carlos, tras oír las interrupciones contínuas de don Hugo Chávez a la intervención del señor Zapatero. Por un momento, decidió dejar de lado el traje de Rey, que tanto debe pesarle muchas veces, y dejó que saliera el Juan Carlos, Borbón, que lleva en la sangre. Ante la sarta de jaculatorias piadosas del democrático venezolano, que de fascismo puede dar lecciones, saltándose todos los protocolos invocó al ‘infinito hombre de esa tierra’, José Gervasio Artigas, y soltó aquello que queda tan mono de: ‘con la verdad ni ofendo ni temo’ y soltó sus verdades por la boca. Claro que, como en todo, y ahí está la madre del cordero, hay muchas ‘verdades’: está MI verdad, TU verdad, LA Verdad, si la hubiere…

Harto ya de tanta palabrería, porque hay que ver la verbocracia que se gasta el tal sujeto, Juan Carlos, sacó la ‘verdad’ que le quemaba dentro y olvidándose de las normas de corrección política que haya podido recibir desde que aquel adusto y huraño don Ignacio Zulueta, arquitecto hecho cura se hizo cargo de su educación real, dejó aflorar lo que realmente le pedía su real cuerpo, y le soltó lo que le pedía su gana real. Al carajo la ‘real’ gana: “¿Por qué no te callas?”, le espetó. Aún se mordió un poco la lengua y se comió el de “una puta vez, coño”.

Don Moratinos siguió con su cara de pánfila beatitud, sin inmutarse, con un ‘pilatoso’ lavado de manos y mente. Más tensa y violenta parecía sentirse doña Trinidad Jiménez, Secretaria General para asuntos tan iberoamericanos, y algo perplejo se le quedó el talante al señor Zapatero. Mientras, don Juan Carlos levantó su real culo del asiento que ocupaba y, aliviado por haber soltado la indignación que las palabras del charlatán de feria habían ido acrecentando, salió a tomar el fresco, diciendo para sí: "Ahora que digan lo que quieran los periodistas, los que se quedan ahí en la sala, mis asesores, doña Sofía y cuantos amigos vengan a preguntarme: '¿Qué te pasó, Juan Carlos?

Ya más relajado les dirá: “¿Todavía tengo que explicarlo? No me toquéis más mis reales pelotas. Me calentó, mandé a hacer puñetas las correciones políticas y demás mamarachadas, y dije lo que sentía. Ya estoy harto de callarme. Si no les sirvo, que vayan encargando la ‘Tercera’, a lo mejor así les va mejor, y todos tan conformes"

Nota: Estas ‘afirmaciones’ reales, no están autorizadas por la Casa Real, pero pudieran ser ‘reales’.

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