Momo

By DOUCE

Esta noche que el Náufrago está callado me permite a mí hablar de mis amigos del “Refugio del burrito”. No es buena la noticia que tengo que dar, pero no deja de ser entrañable. Al fin y al cabo se trata de la vida, y la vida no sería tan valiosa si no la miráramos desde su contraste, la muerte. Si por un casual de la naturaleza, fuéramos eternos, seguramente no sabríamos valorar lo que es la vida. Seríamos quizá unos aburridos vividores. Vamos, digo yo, porque es una cosa que se me ocurre ahora y no sé cómo respiraríamos si fuéramos aburridamente eternos.

Y ya me he liado, como de costumbre. Quería decirles simplemente que ha muerto Momo. Para los que no lo sepan, Momo era un burrito kosovar al que la Armada Británica rescató de su país , acusado nada menos que de ‘contrabandista’, supongo que porque alguien pusiera sobre sus lomos armas o cosas de ésas. Desde 2003, gracias a donativos de gente que saben que los burritos son seres que sufren y sienten, pudo pasar sus últimos años en el Refugio del Burrito de “Fuente de Piedra”, en la provincia de Málaga. Allí se ocuparon de él, y trataron de hacerle los últimos años de su vida, mucho más agradables que los de su agitada vida anterior. En la ‘residencia de su tercera edad’ se ganó la simpatía y el cariño de mucha gente, hasta que hace muy poco, un cólico muy grave aconsejó su eutanasia.

Sus cuidadores y sus ‘padrinos’, más de 400, han sentido mucho su pérdida y sólo desean que les espere allá, en ese sitio misterioso lugar donde volverán a encontrarse todos los amores, los humanos, los asnales, los caninos… El lugar de encuentro de todo aquello que sepa a cariño.

Desde aquí todo mi cariño, para Momo, para Romero , para Iván, y para todos los moradores del ‘Refugio’.

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