De Sócrates al Moët & Chandon

De pronto esta isla se ha visto inundada por una ola de papel y despilfarro. Ahora que está de moda eso de la conservación del medio ambiente y del cambio climático, el Náufrago en su ignorancia se pregunta si este papel que cada día nos inunda más y más procede de la tala de árboles o es un producto reciclado de otros reciclados. No basta que el buzón comunitario no dé ya abasto para acoger toda la propaganda de supermercados, hipermecados, grandes superficies, periódicos gratis, hojitas de fontaneros, arregla persianas, u otros oficios y anden por los suelos folletos y panfletos, si te paseas por una calle peatonal chicos y chicas te ofrecen más papeles con todo tipo de reclamos, invitaciones y ofertas varias.

No contento con esta saturación celulósica ‘gratuita’, el Náufrago tiene el vicio de comprar diariamente la prensa. Es más –no se sabe por qué después se queja– compra dos periódicos: local y nacional. Es sabido que llegadas estas fechas la avalancha publicitaria hace que los periódicos con sus correspondientes magazines, suplementos y diferentes ‘encartes’, aumenten sensiblemente de volumen, lo que hace que se vaya haciendo necesario acudir al quiosco con un carrito de la compra o un ‘trolley’ de ésos.

Aunque el Náufrago sea un tanto exagerado, es cierto que esta mañana ha tenido problemas para acarrear tanto papel hasta la isla. No sabía cómo coger con una mano aquel aglomerado papel que se componía de : Un periódico local: 90 páginas de lectura ‘normal’, con su correspondiente suplemento semanal de 20 páginas, el magazine sabático dedicado a la Mujer y la belleza, 130 páginas. Además, un encarte “Decathlon” en el que Papá Noël “lleva el deporte a casa”, 22 paginas… Vayan sumando papel o páginas a ojear, porque leer resulta algo más complicado. Pasemos al periódico nacional: ejemplar normal de 72 páginas; suplemento Salud, 8 páginas; Suplemento Viajes, 40 páginas; Magazine femenino, 140 páginas; Especial “Alimentos de calidad y denominaciones de origen” 84 ‘enormes’ páginas… A todo esto hay que añadir un más que respetable tomo de ‘Grandes Pensadores’ dedicado a Sócrates y Platón, perfectamente editado, encuadernado y maquetado de 384 páginas… Total: ¡ casi 1000 páginas de lectura ‘variada’!

Dirán, quizá con parte de razón, que quién manda al Náufrago darse ese atragantón de papel o por qué se lleva esos ‘árboles’ a casa. Las respuestas pueden ser varias, algunas las tiene el viento otras su curiosidad, su manía, su insensatez u otros motivos que a él mismo se le escapan.

Las preguntas también pueden ser varias. ¿Quién paga tanto papel? ¿Quién puede permitirse ese ‘despilfarro’? ¿De qué forma pagaremos a posteriori el dinero invertido en eso que se nos da ‘casi gratis’? Porque casi mil páginas de papel, algunas de ellas a todo color, a todo couché, o como se llame, por el módico precio de 3’60 €uros no parece que concuerde con el precio de tanto papel. Suponemos que las firmas de moda, cosmética, comestibles, ‘bebestibles’, vestibles, joyería, zapatería, informática, turismo, medios, vehículos de toda gama y demás patrocinadores de esta invasión publicitaria, harán repercutir todos estos gastos para que el consumidor final pague el pato , los platos o lo que haya que pagar.

Y una última perplejidad: ¿Qué leer? ¿Qué dejar? ¿Qué escoger? ¿Dedicar el tiempo a ver mujeres espléndidas a todo Lancôme, o apuestos señores de mirada superior y Omega en la muñeca, o la mirada más seductora tras unas gafas Mont Blanc, o lugares de ensueño entre largas piernas y botellas de Moët & Chandon…? O si la gula es lo nuestro, ¿darle al jamón de Huelva o los Pedroches, al ternasco de Aragón, al queso picón de Bejes o Tresviso, a los vinos del Bierzo, de Rueda o de Cigales, al capón Cascajares, al mazapán de Toledo, al pollo y capón del Prat, al piquillo de Lodosa, al Ribeiro, al Rias Baixas, al Valdeorras o a la ternera de galicia..?

Con tanto quehacer, ¿Qué haremos con el pobre Sócrates? ¿Le dejaremos solo para que una vez más se repita el juicio en que “Meletos, hijo de Meleto, del demo de Pito, contra Sócrates hijo de Sofronisco de Alópece, acuse a Sócrates como reo del delito de no reconocer a los dioses que el Estado reconoce y de introducir otras nuevas divinidades. Es también reo del delito de corromper a la juventud”?

Quizá el jamón de Huelva, el vino del Bierzo, el capón del Prat, el Moët & Chandon, los perfumes, las joyas , Bali, Oak Park, Andorra o Somiedo, no nos den tiempo dedicarle un tiempo a él y al Banquete que Platón nos tenía reservado.

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