" ¡A la mierda!"

Tenemos que confesar, con tristeza, al menos este Náufrago lo hace, que parece que necesitamos perder a las personas o que se nos mueran definitivamente, para alabar las cosas buenas que nos proporcionaron mientras todavía estaban entre nosotros. Los teníamos ahí, aunque no nos acordáramos demasiado de ellos y eso nos parecía suficiente. Además aprovechábamos para subrayar lo que no nos gustaba de ellos.

Eso le pasaba al Náufrago,supongo que a muchos más, que al no conocerle personalmente, se quedaban con las pinceladas ‘gruñonas’ que de él nos mostraban los ‘medios’. Así FFG, quedó para la gente que no le tratábamos con Fernando Feo Gruñón. Él se llamaba a sí mismo feo y mirándolo bien, no lo era tanto, aunque en estas cuestiones puede haber gustos y apreciaciones diferentes. Para este Náufrago, FFG, no era feo, pero sí lo veía Gruñón y Mala leche entre simpático y desagradable. Quizá envidiaba secretamente su manera de increpar al que le tocaba los bemoles, no para mandarle “ a la mierda”, pero sí para callar la boca a esos ‘indiscretos’ a la par que tontos, que hacen preguntas improcedentes.

El Náufrago ha seguido su trayectoria artística y literaria en doses sincopadas si es que se puede llamar así a no haber seguido fielmente su trayectoria, pero siempre ha visto en él un actor y un autor con un fuerte acento personal. Ahora que ya no nos puede mandar “a la mierda”, aunque sea tarde y a destiempo, uno puede reconocer que debe muchas cosas a aquel Infante de Botón de Ancla, aquel Balarrasa, aquel Maestro, aquel maravilloso Abuelo , al actor, al director, al escritor , al hombre con deudas con la vida pero viviéndola a su modo.

Hoy, el Náufrago se unirá a él y cómplicemente mandará a todo lo o los desagradable(s) de la vida: “ ¡ A LA MIERDA!