Unas horas con Mario...Camus

 TODO ES INFANCIA

"¡Milana, bonita!"
El Náufrago no ha vivido cinco horas con Mario Camus. Quizá alguna más si habla de sus películas o sus series televisivas, algunas menos si nos referimos a un artículo aparecido hoy en una revista cuyo título decía: “MARIO CAMUS. No soporto los focos, las alfombras y los púlpitos. Son pamplinas”. Quizá donde se sienta a sus anchas es en su despacho-biblioteca de Ruiloba o donde le gustaría estar si alguien estuviera dispuesto a producir su última película. Cincuenta años de su vida, dedicada a los guiones, a las series televisivas, a sus películas son muchos, no serían suficientes para quien la vida ha sido y sigue siendo “...este lenguaje único y deslumbrante de las imágenes en movimiento.Dejar esa decisión en manos de los consejeros de cultura me parece muy duro y un gran error .Es muy triste escuchar a mi edad bobadas como ‘lo que no es rentable, no hay que pagarlo”, confiesa con una cierta amargura e impotencia.

Hombre tímido, que donde se encuentra es en el mundo del trabajo, de los rodajes, de la salas de montaje, de la escritura, no soporta los focos, las alfombras rojas y los discursos. Mientras espera lo imposible ha complacido su nostalgia escribiendo “29 relatos” (Ed. Valnera). “Es increíble cómo los recuerdos de infancia son los más poderosos. Todo es infancia, como dijo el poeta Claudio Rodríguez. Es muy difícil que tu personalidad cambie un ápice después de atravesar esa edad. Todo lo que he hecho después ha sido desarrollar lo que la infancia sembró en mí”.

Nunca ha sido hombre de “Academias”. La Academia de cine “es una institución de nombre petulante que no sirve para nada… Sólo fui miembro de la Academia durante seis meses, porque me lo pidió Fernando Rey, pero un buen día dejé de para la cuota. Es sólo un mecanismo de promoción a quienes se deslumbran con los ritos hollywoodenses”, no se muerde la lengua. Si ha aceptado el honor de la fílmica Institución es para agradecer al cine las muchas cosas que le ha dado y eso es lo que quiere transmitir en su discurso que tratará de ser ‘didáctico’. No quiere enfadarse con nadie, aunque tenga que morderse la lengua.

Ahí quedan para corroborar su autenticidad, su naturalidad, su sensibilidad, su realismo, su honradez y su humanidad obras como: "Los santos inocentes", "La ciudad de los prodigios”, series míticas de televisión como "Fortunata y Jacinta" o “La forja de un rebelde” o guiones como el de “Golfos”. Recordar a Mario Camus, es para el Náufrago revivir un montón de sensaciones: ‘allá películas’.




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