De San Valentín a los Goya y tiro porque me toca…

(...Lo que me toca no lo digo)

No sé si es la edad o el asquito que voy cogiendo a las 'publicidades' y el mercadeo que nos meten por los seis sentidos (‘pué’ que sean ambas cosas), que hay 'festividades' que no las aguanto.  Digo seis sentidos, porque además de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, adjudicados ya de fábrica, que con el tiempo he desarrollado un sexto sentido que es el del ‘rechazo’ automático a todo mensaje publicitario que me llegue por tierra, mar y  aire … Hace casi un mes, acabada la fiebre navideña y el “Año Nuevo… chúpame un huevo” en versión de la 'dilecta' Aurora Cenedilla, que vienen llegando mensajes recordándome que San Valentín, valiente fresco, me invitaba a toda serie de tarjetas, flores, palabras de amor, escapadas románticas, perfumes, alhajas – todo al -10% de acuerdo con los tiempos- y toda serie de melifluidades y cursilerías… No sé que pinta el clérigo San Valentín, virgen y mártir, en todo este negocio del amor. La verdad que no se me ocurriría pedirle nada por cursi y pesetero.

Con esto y con los Goyas de este noche bastante tiene el Náufrago para dedicarse a menesteres más liberadores, por ejemplo, escribir esta gilipollez. Pero me quedo más ancho, perdonen.

DOUCE  SE PIERDE ENTRE EL GLAMOUR
Los 'nominados'

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