Con Decorados

DE AÍDO A DEL BOSQUE.

Últimamente han llegado a la isla sendos premios, galardones, laureles, condecoraciones o como gusten llamarlos. El Náufrago nunca ha sido amigo de premios, recompensas y loores. Quizá sea un rasgo propio de los náufragos. Siempre ha pensado que la única recompensa realmente válida es la que sentimos por la satisfacción de haber hecho lo que debíamos. No deja de ser una teoría muy particular y discutible.

En estos últimos días, sendos ‘Reales Decretos’ han aparecido en el BOE. Del primero apenas nos habíamos enterado, el otro ha llenado páginas y comentarios. El primero, la concesión de “La Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III a Doña Bibiana Aído Almagro”. Los méritos no se citan en dicha orden. Tan sólo se menta ‘el Real aprecio por la galardonada’. O sea, que, como escribían en nuestra cartilla de la mili ,“el valor, se le supone”.

No vamos a analizar aquí “los esfuerzos, iniciativas y trabajos, o los servicios eminentes y extraordinarios a la Nación que haya prestado” la condecorada, ( Real Decreto de 1992) ojos perspicaces y más sabios habrá habido que hayan visto lo que demás mortales no hemos podido apreciar, más bien todo lo contrario. Quizá sea la forma de este Gobierno de agradecer los ‘servicios’ u ocurrencias prestadas.

El otro Real Decreto (135/2011) considera que por “La gran dedicación al deporte español y la contribución de don Vicente del Bosque González al fomento de los valores deportivos, merece ser reconocida de manera especial, se concede el título de Marqués de Del Bosque a don Vicente del Bosque González.

La diferencia es bastante clara. Sin embargo el Náufrago que aprecia, y mucho, al nuevo Marqués, no acaba de casar la sencillez, bonhomía, humildad, naturalidad y tantas otras virtudes del nuevo noble, con la pomposidad, ostentación, afectación, suntuosidad y otras vanidades que más o menos sobrevuelan sobre el nombre de Marqués. Cierto que estamos en otros tiempos, lejos de los marqueses de antaño, pero para el Náufrago, este hombrón de pocas palabras y muchos hechos, más tímido que locuaz, más casero que palaciego, más de bambalinas que de proscenio, no le encaja con el nombre de Marqués. Del Bosque es ya todo un título de nobleza y lealtad que no necesita más decoraciones. ¡Enhorabuena, Vicente: “HOMBRE de Del Bosque!

Comentarios

M. Luz ha dicho que…
La primera condecoración que, por cierto, lleva la imagen de la Inmaculada Concepción (¡menudo contrasentido!), se hace a "propuesta del presidente del gobierno y tras deliberación del consejo de ministros". Y lleva aparejada una jugosa dotación económica, que no te imaginas cuánto me molesta.
¡Qué vergüenza y qué asco, por Dios!

La segunda es una iniciativa real y, hasta donde yo sé (que es poco, ya lo digo de antemano), no conlleva regalía pecuniaria.

Quedan claras las diferencias, en todos los aspectos, al menos para mí.
Campurriana ha dicho que…
Lo de la Aído no lo sabía y prefiero no hacer comentarios al respecto. Lo de Del Bosque lo escuché el otro día por la radio. Me gusta más este último, desde luego. A ver si indago yo en este mundo de títulos, cruces y demás...no estoy muy puesta, la verdad.
Douce ha dicho que…
M.Luz

He leído ambos decretos y he querido subirlos a la isla. En primer lugar para ver la DIFERENCIA que veo entre ambas desiganciones.Ni los promotores de la idea, ni los laureados, ni los 'méritos'de la una, ni del otro, aguantan una comparación. Pero sí muestran claramente cómo se reparten los honores en este mundo y en particular en este 'país' tan singular.

No me extraña que te duela, sobre todo en el alma, que la 'premiada' haya sido condecorada con esa medalla que le pinta como un vestido de gala al palo de una escoba . No comprendo ni a quien lo 'propone', ni a quien la 'acepta' sin ruborizarse. A menos que esta medalla esté muy desvalorada y no me refiero a lo rentable que pueda ser para el agraciado.

Lo otro, no aguanta ni comparación. Es el revés de la medalla.

Quosque tamdem...tenemos que aguantar que nos tomen el pelo?
Douce ha dicho que…
Hola, Campu

Esta claro que si comparáramos ambos 'honores, sería un agravio para el segundo. Están yuxtapuestos simplemente, para distinguir la diferencia entre lo que ES y lo que ESTÁ. Probablemente donde no le corresponde.

En este mundo nuestro, incomprensible, se confunde el culo con las témporas.

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