Desde mi ventana...

...EL MAR NO SE VE

By DOUCE

¡Por fin, el Náufrago ha vuelto a la isla! Me dijo que sería cuestión de dos o tres días, y se ha tirado casi la semana entera. He estado bastante triste estos días, le echaba de menos. Me preocupaba porque no sabía dónde estaba. Otras veces me indica a dónde va, con quién, a qué. Esta vez se había vuelto más misterioso, algo que nunca suele hacer conmigo

Hoy, al volver, y después de mil arrumacos, saltos, abrazos y caricias, no me ha aclarado gran cosa. Menos mal que no me ha soltado esas cosas que a veces suelen decir los del sexo masculino: “Son cosas de hombres”. Como si no conociéramos las ‘cosas tan importantes’ que suelen hacer los hombres. Después de los besos y abrazos, y decirme lo mucho que había pensado en mí y cuánto me había echado de menos, me dijo que había pasado estos días con un amigo al que conoce desde niño y se han estado contando las aventuras y peripecias del uno y del otro. Al parecer les ha sentado muy bien esta convivencia.

Como regalo, me ha traído unos ‘palitos’ de los que a mí me gustan y unas fotos que ha sacado pero que no logro adivinar lo que significan. Las ha agrupado y les ha puesto un título un tanto misterioso: “Desde mi ventana, el mar no se ve”. Desde luego viendo las fotos, que tampoco me han entusiasmado, el título parece obvio. Es cierto que desde esas ventanas, el mar no se ve. Sólo se ven amaneceres, crepúsculos y un paisaje bastante cotidiano…Para mí no es nada del otro mundo, si es que viene de allí, pero si son sus veleidades… Lo importante es que haya vuelto este Náufrago misterioso. Los dos nos sentimos más cercanos. Yo me siento más segura y a él sé que le proporciono una buena dosis de paz y de sosiego.

Les dejo a la ventana, por si ustedes entienden mejor este enigma. Pueden mirar hacia fuera, a mí me hubiera interesado más ver lo de dentro.

Desde mi ventana el mar no se ve

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