¿España es un país enfermo?

AL HABLA PÉREZ-REVERTE

Vaya por delante que no he leído ningún libro de Pérez Reverte, que sólo vi una película en la que reflejaba una ‘parte’ y desde un ángulo concreto, la España del siglo XVII. No me gustó la ‘americanización’ del tema, aunque me ilustró sobre algunos aspectos de este país. Por supuesto, era ‘su’ versión y su visión de la época que narraba. Conozco a Arturo, a través de lo que escribe en el XLSemanal y puedo ver un poco cómo respira, sin que por eso me vea en la obligación de definirlo. Definir es poner ‘límites’, barreras, encorsetar a las personas, hacer un cliché, limitarlo… Necesitamos ‘estereotipos’ que poder abarcar. Lo malo es que esas ‘de-finiciones’, limitaciones, las hacemos desde nuestra propia limitación y hacemos hincapié en aquello de lo que cojeamos. Nuestra herencia nacional es la de poner ‘etiquetas’. En ese sentido, como él dice, este país es ‘inculto’, poco respetuoso con las ideas de los demás.

Es cierto que , deliberadamente, subraya aquellos aspectos que no le gustan de este momento español que vivimos, donde vuelve a aflorar, si es que alguna vez desapareció, nuestro ‘cainismo’, nuestra división entre buenos y malos, entre rojos y azules. Este aspecto que él subraya con su lenguaje descarnado y provocativo a veces, es interpretado casi siempre según los gustos, las ideas o las carencias de quien las interpreta. Detrás de esa provocación hay también una parte importante de Pérez Reverte. Lo que él afirma no es ningún dogma de fe. Pero ‘Estepaís’ está lleno de ‘dogmas’ y dogmáticos. Sí, este país otrora tan católico, es dogmático, en religión, en política, en su convivencia. No aceptamos que haya más colores que el blanco y el negro, el nuestro. Las personas somos complejas, que no quiere decir ‘retorcidas’, que también podemos serlo. Admitir que puede haber trocitos de verdad en lo que expresamos y en lo que escuchamos, nos vendría bien para hacer de nuestras conversaciones, discusiones, y convivencia, algo enriquecedor en lugar de que acabemos a mamporros físicos o emocionales.

No todo lo que dice APR me convence, pero en este país acobardado, a veces servil, acomplejado, es necesario que haya voces que ‘molesten’ y ‘provoquen’. No es obligatorio estar de acuerdo. Por eso he escogido este extracto de su conversación con Casimiro García-Badillo. Véanlo si les apetece y opinen lo que quieran, es su derecho. Nunca, nadie, tendrá TODA la razón.


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