El 23 F no existió

Es mentira, el 23F no existió. No hubo ningún señor con tricornio que entrara aquella tarde en el Congreso. Nadie gritó "todos al suelo". No es verdad que todos los diputados se escondieran debajo de los asientos, conteniendo la respiración. No hubo un cuatrero insolente que se quedara sentado en el asiento enfretado a aquel chulo, mitad militar, mitad macarra que se paseaba,pistola en mano, nervioso por la sala. No hubo elefantes blancos , ni buitres negros.

Todo un país creyó haber asistido a la más vergonzosa de las pesadillas. No hubo ningún Milans del Bosch que sacara a pasear los tanques por las calles valencianas, ningún Alfonso Armada que supiera nada, nigún Pardo Zancada, no hubo Gabeiras, Aramburus Topete, Fernández Campos, no hubo Landelinos, Guerras, ni González. Tampoco exitieron los Gutiérrez Mellado para hacer frente a un señor de bigote que casi le desvencija... Todo eso fue una pesadilla de un país que soñó que soñaba. Nadie quemó carnets, nadie pensó que ya habían llegado los suyos, los de siempre.

No sé por qué algunos se empeñan en recordar aniversarios de acontecimientos que nunca ocurrieron. Si no se sabe si existió, ni quién lo organizó, ni el porqué, ni quiénes fueron los responsables de verdad. He pensado que quizá vivo en un país distinto del que nos cuentan los periódicos: no hay guerras en Irak, estamos trabajando por la paz, pronto las Civilizaciones se aliarán, y entonarán juntas un canto único, los nacionalismos serán generosos, y los países ricos no explotan a los pobres... Y yo empeñado en vivir en otro planeta.

El 23 de febrero de 1981 no existió. Yo tuve una pesadilla. No sé ustedes.