El hombre que hablaba a solas

Esta tarde, bueno mejor esta mañana. En realidad no era ni la mañana , ni la tarde, porque debían ser cerca de las tres, he asistido a un espectáculo algo insólito. Un señor, no joven, más bien entrado en algunos años, no sabría decir cuántos, avanzaba sólo por entre los pasillos de Carrefour , simulando una conversación telefónica. Me llamó la atención , porque iba describiendo todo lo que iba a haciendo a un , o una posible voz, mejor , oído, al otro lado.

Cogió primero dos botellas de vino, "Puente Haro". Mientras iba diciendo en alta voz
  • “Cogeré dos, la segunda unidad me sale a mitad de precio”

y cargó las dos botellas de rioja en el carrito. Siguió avanzando por los pasillos. Miraba hacia arriba por si había carteles que indicaran los productos que albergaban y comentaba:

  • “Pues antes había unos paneles que indicaban lo que había”
y penetró en la sección de “conservas”. Andaba buscando alguna ventresca del Cantábrico, pero no sé por qué mencionó también la melba , habló de atunes, y de Zahara de los atunes , como si lo conociera. A mí, también me hizo pensar en esa preciosa palabra que es "almadraba". No sé por qué esa palabra evoca en mí distintas y extrañas sensaciones , almadraba lucha, almadraba pesca, almadraba redes, almadraba atunes, almadraba sur, calores, noches y terrazas de verano, en Barbate

Intrigado, seguí al buen hombre que iba poco a poco llenando su carro: yogures, solomillos de cerdo, mejillones...
  • “De frutas , paso”
seguía diciendo, al ver que los aguacates no estaban envasados. Además es como si una voz le dijera:
  • “Pues son más baratos” y él se respondía: “Pero yo, ahora, no me pongo los guantes ésos, hago cola y espero a que me los pesen”.

En verdad, que era un tipo raro. Y yo no quería perderle la pista, así que, disimulando, porque noté que alguna vez me miraba como si le espiara, le dejé que se perdiera un poco, para reencontrarle en la sección de bollería varia. Allí estuvo dudando un rato: cogió un paquete de sobaos , que al parecer le gustaban, pero le oí decir:
  • "Son muy buenos , pero tienen demasiada mantequilla, y a mí , ese sabor me pierde”

Dejó los dulces pasiegos y escogió unos “cruasanes”.
Yo empezaba a tener prisa para seguir toda su compra, que podía alargarse, y sobre todo podía alargarse su diálogo , o su monólogo, porque cascaba sin cesar. Yo ya había hecho mi compra, estaba sin comer, y tenía ganas de llegar a casa. Además , mi perra me estaba esperando impaciente, en el coche, vigilando mi sitio como siempre.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡¡Gansooooooo!!

¿Y qué ha pasado con los juegos?
Douce ha dicho que…
Yo cuento lo que vi. No tengo la culpa de encontrarme tipos raros cuando voy a hacer la compra.

Ayer el Blogger andaba un poco tonto también. Y no sé qué ha hecho con mis "canicucas".

Voy a tratar de recuperar texto e imágenes.

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