A veces llegan cartas...

A nada románticos que sean, que ya es ser, en los tiempos que corremos, a lo mejor recuerdan aquella letra del "termo" ("tan dentro de mi, conservo el calor" J.I.)... La letra a la que me refiero es ésa de...

" A veces llegan cartas con sabor a gloria, llenas de esperanza.
A veces llegan cartas con olor a rosas...
"

Pues eso es lo que ocurre en esta privilegiada isla del náufrago. Llegan botellas anónimas, o medio innominadas, que te dicen que sirves para algo. Y , aunque les parezca una tontería, los "tontos" necesitamos que nos las digan. Que nos digan cosas tan sencillas como ésta:

"Sí......tengo que darle las gracias a este naufrago que me está ayudando a "nadar" en mi primera sustitución como prof de francés....MUCHAS GRACIAS......

nombre: MJ"

Pues ya ven, me sirven para hacer mejor la digestión en esta tarde de sábado , que a pesar de los meteorólogos, luce el sol, no hay vientos huracanados, ni las lluvias que nos anunciaban.

A veces las "botellas", se cargan los partes meteorológicos

Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Hola, Julio.
Siento tu pérdida. Veo, empero, que sabes emplear la literatura como bálsamo para el alma, como desahogo creativo. A mi parecer unos versos añaden más al universo que todos los concejales de obras públicas juntos.
Seguro que a ella le gustarán, dondequiera que esté.
Enrique
Douce ha dicho que…
Los que no sabemos poner ladrillos, ni recibimos comisiones por ninguna obra pública, ni de constructores, ni de contratas, ponemos lo que sabemos, trocitos de alma.

Tú, el del comentario sensible, yo el mis desahogos.

Que en esta viña, antaño del señor, hay sitio para todos. Para los que siembran,para los que recogen, para los que trafican con los sudores de los unos y de los otros.

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