Del FMI a “Toma la calle” y habla

STRAUSS-KHAM Y OTRAS ‘MENUDENCIAS’

Aunque el momento quizá lo requiera, no conviene ponerse solemne. Las solemnidades no llevan a ninguna parte, salvo, quizá, para el que así se lo toma. Hablemos pues, en lo posible, de algo que tenemos ante los ojos, pero que mil artilugios hacen que la mayoría es lo que acepta/ aceptamos con un “es lo que hay”. Eso nos tranquiliza un poco porque se corresponde con lo que somos capaces de hacer.

Ayer, en este país, ‘enzarzado’ en las ‘elecciones/erecciones’ políticas, ocurrió un hecho que los llamados medios de comunicación han remitido a un segundo o tercer plano, cuando no lo han silenciado por completo. Al echar un vistazo los titulares de la ‘bomba mediática’ según nos cuentan lo que pasa en la vida, era que un señor madurito que ocupa un puesto relevante en el nuevo Cielo que maneja nuestras vidas (ahora lo llaman FMI), ha tenido no sé qué asunto con la camarera de un hotel de Manhattan. No conozco del todo la historia, pero al parecer dada la importancia que tiene en todas las portadas y los telediarios del Mundo del Dinero debe de ser muy grave, tremendo. Se nos podría venir el “Cielo” abajo. Hasta ahí, punto y seguido. Más bien punto y aparte.

El ‘aparte’ es que ayer, unas horas después de lo del ‘divino’ Strauss-Kahn y la camarera del hotel, hubo algo ‘insignificante’ que los periódicos y otros medios ni siquiera se habían preocupado en ‘cubrir’ con periodistas y fotógrafos. Fueron los ‘sin importancia’ que habían salido a la calle con cartones de cajones de frutas y verduras simplemente para decir que no tenían trabajo, por lo tanto no tenían dinero, ni pensiones’, ni casas y sin miedo los que ‘cubrieron’ el evento. Las imágenes de los medios que por fin se decidieron a publicar provenían de esos ‘tipos raros’ que maldicen de los del FMI y sus secuaces, gobiernos, políticos, banqueros. Sí, evento, que se han empeñado en desdeñar. Seguramente era más importante ocuparse de esos ‘mítines’ y las ‘bellaquerías’ que en ellos se excretan.

A esos jóvenes, un ‘mindundi’ cualquiera, que llaman José Luis Sampedro les envió una carta disculpándose por no poder acompañarlos.

Entre otras cosas les decía:

-------------------------------

Queridos amigos:

Ante la imposibilidad de asistir a vuestra convocatoria, deseo con estas líneas manifestar mi adhesión a la iniciativa ¡Democracia real ya! Naturalmente interpretando la palabra “real” como adjetivo referido a realidad y no a realeza.

… Y más adelante:

Ahora es vuestro turno, mucho más importante. Me ilusiona ver que los receptores del mensaje, muy certeramente, habéis comprendido que no basta con indignarse, que es necesario convertir la indignación en resistencia y dar un paso más. El momento histórico impone la acción, la movilización, la protesta, la rebelión pacífica. El llamamiento a indignarse no debe quedarse en un best-seller fácilmente digerible por el sistema y así lo estáis demostrando con esta convocatoria.

... Pero sobre todo, os animo a avanzar en la lucha hacia una vida más humana. Los medios oficiales no se van a volcar con vosotros y encontraréis muchos obstáculos en el camino, pero está en juego vuestro futuro.

J.L. Sampedro