La ‘indignación’ de DOUCE

UN PASEO POR EL PARQUE

La 'casa' de José María
¡Pues sí, yo también estoy ‘indignada’! Hoy desperté temprano al Náufrago. No es que le sentara muy bien, pero sé que tratándose de mí que no molesto demasiado, hace un hueco en su descanso de marmota. Serían las siete, la mañana estaba un poco gris, con olor a hierba recién mojada. Al salir de casa hay una especie de parque que me sirve de tapiz, lugar de paseo, herbolario, donde además de oler me sirve para aliviar mis ‘disfunciones’ estomacales cuando me excedo en la comida.

La razón de haber despertado a mi papá antes de la hora habitual, era debida precisamente a una de esas urgencias. Busco las mejores hierbas que sé dónde se encuentran, rumio unas pocas y quedo como nueva. Mi indignación de hoy se debe a que los ‘hombres verdes’ que la semana pasada habían entrado aquí con sus artefactos de muerte, habían dejado el parque hecho un erial y arrasado mis hierbas medicinales. ¿Con qué derecho, señores electos, nos privan de nuestro ‘modus sanandi’? ¿Quién les dio a ustedes autorización de destruir lo que la madre Naturaleza nos ofrece…? En una de esas ‘indignaciones’ andaba yo, cuando dí con mi trufa en la ‘casa’ de José María.

Conocí a José María anteayer en uno de mis paseos vespertinos. J.M. es un ‘sin techo’, relativamente joven, quizá su pelo desgreñado y sucio, su barba descuidada, su ropa sucia y desaliñada puede añadirle algunos años, pero no debe sobrepasar los cuarenta. Mi papá lo conoció el otro día cuando fue a buscarme porque yo andaba oliendo los restos de su comida, si a aquello podía llamarse ‘comida’. Cajas de fruta, restos de no sé qué comida, botellas de agua y otros líquidos, habían atraído a mi trufa que no hace delicadas diferencias ni deferencias.

La 'despensa' vacía
Fue entonces, cuando entablaron un pequeño diálogo, pero en su manera de hablar, en su sonrisa extrañas, en sus repeticiones de “José María esto, Jose María lo otro" daba fe de que había algo más que la miseria. Yo, aunque perrita, me di cuenta de otras carencias, y me ‘indigné’ otra vez. Pensé por primera vez que esta vida no es justa, que yo siendo perro disfruto de una vida que centuplica muchas veces la suya. No conozco nada de ella, no sé sus orígenes ni desde cuando vagabundea, pero sí conozco parte de su vida, porque desde hace meses busca un sitio  donde descansar, por este barrio . Sé que le han echado de varios portales o aceras próximas a viviendas de vecinos.

Ahora ha instalado 'su casa' en un rincón de parque. Esta mañana de lluvia no estaba en ‘su’ casa y el Náufrago 'entró' en ella. Su casa no tiene puertas, ni ventanas, no tiene baño, ni cocina, ni salón… tampoco tiene cama donde dormir. Mi papá se detuvo un poco a contemplar aquel amasijo de bolsas, cajones y cartones. Los cartones repartidos en un rincón le sirven de somier, de colchón, sin mantas… Esparcidos por los espacios que hacen de salón y cocina, un montón de cajas de frutas y verduras, botellas de agua y otras bebidas, paquetes de tabaco vacíos y un montón de bolsas dispuestas por el duro y húmedo suelo. Desde hace unos días ha hecho del rincón su casa. Allí pasa las horas en su extraño mundo. A veces, por lo que han dicho otros vecinos, a veces tiene accesos de violencia y huyen de él, pero a mí, el otro día, me sonreía…

Comentarios

Misha ha dicho que…
Douce, ¡en qué jardines te metes, querida!

¿Ves alguna similitud con la casa de los Príncipes de Asturias, entre otros?

Sin conocer la historia del 'sin techo' que nos cuentas, ¿no te parece que si se emplease el dinero de todos los españoles de forma más justa tu amigo tendría un hogar decente?

¿Ves? Esto es otra perrería humana. Me preguntabas por qué no utilizamos la palabra 'gaterías' pues no sé responderte. Me parece que tu papá nos podría echar un cable, seguro que puede contarnos algo que tú y yo no sepamos.

Estás hecha una reportera estupenda, te felicito.

¡Ojalá que tu amigo pueda econtrar pronto un hogar!

¡Miiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuu¡
Douce ha dicho que…
Pues sí, Misha, tienes razón, hay jardines en la que no debería meterme, pero mi olfato me traiciona a menudo. La verdad es que serví de referencia para que el Náufrago viera cómo es la vida de mucha gente, muchísima más que a la que los humanos prefieren no mirar. Entre nosotros, tú lo sabes, por lo que nos concierne no hacemos esas ‘humanerías’.
Y hablando de eso. Lo de ‘gaterías’ es algo que se ha inventado el antedicho. No hay ‘gaterías’ porque no las hay, y que se deje de inventar ‘palabros’. Yo tampoco digo que él hace de vez en cuando ‘naufraguerías. ¡Qué le vamos a hacer! La convivencia:-)
Guauuuuus perrunos, que son cariñosos.

Entradas populares