El barquito de papel de DOUCE

DOUCE Y LA CANCIÓN DEL PIRATA

Hoy, por fin, el Náufrago ha tenido un detalle conmigo que atravieso una etapa delicada.

- “Mira, Douce, me dijo, hoy vamos a navegar tú y yo. Nos va a venir muy bien”.

DOUCE y su barco
Yo le pregunté cómo íbamos a navegar si el barco que nos trajo hasta aquí quedó completamente destrozado el día que nos dejó en la isla. Sólo alguno de los restos nos sirvió para calentarnos y construir nuestra primera cabaña. Lo demás se lo llevaron las olas y no han vuelto.

- No importa, Douce. Yo te voy a construir un barco para que navegues y te olvides de los malos momentos.

- Yo no paso malos momentos, le contesté. Sé adaptarme a lo que me ocurre y no me quejo. Los perritos no sabemos quejarnos, como hacéis los humanos y más en estos momentos que os pasáis el día echando pestes de todo y no vivís. Vivir no es quejarse, es hacer, vivir con avaricia cada momento que desperdiciáis.

- Tienes razón, Douce. Por eso he pensado que si hacemos un barco quizá podamos dedicarnos a navegar y a olvidarnos un poco de este mundo que sabe poco a mundo.

Entonces el Náufrago cogió una hoja de papel, la plegó varias veces y al final salió un barco. Un barquito de papel. Yo quise que lo bautizara y sin lanzar ninguna botella de champagne, cogió un rotulador y puso mi nombre: DOUCE. Me emocionó mucho que le hubiera puesto mi nombre. bajamos al jardín y allí hicimos la botadura. Yo fui la madrina. Había llovido por la noche y en un rincón del patio se había formado un charco, pero para nosotros sería nuestro mar. Allí, sin velas y sin remos dejamos que el agua nos llevara… Él ya sé adónde llegó. Yo le seguí. Habíamos arribado, me lo había prometido. Yo iba a recitar “La Canción del Pirata”. Él sonrió y me dijo, “vale, Douce,  todavía no es  el momento”. Ya veremos


Comentarios

Entradas populares