Las vueltas que da la vida después de muerto

CALVO-SOTELO: DE LA INDIFERENCIA, AL ELOGIO

Es curioso, por no decir lamentable, que en este país bipolar, extremista, haya que morirse para que pasemos de la indiferencia al elogio, en menos que se echan el féretro de uno al hombro. Aquí se reconocen ‘los servicios prestados’, después de muerto. No se entiende de otra manera que el que fuera una especie de Presidente ‘bisagra’, ‘provisional’, mientras se desvanecían los ecos de los disparos que resonaron en el Parlamento, haya pasado en horas veinticuatro de ser considerado ‘gris, hermético, explicador de chistes sosos’, en ‘modelo de discreción, ingeniero de la democracia, inteligente, divertido, culto y hasta cordial con sus amigos’. ¡Qué cosas tiene la vida! ¡Sorpresas que da la muerte!


El Náufrago prefiere imaginarlo, como el ‘Poldo-Mix’ de Figuerola y Capitán sirviéndose de su retranca y endosándole un chiste al mismísimo San Pedro:

"Cierto día un anciano toca a las puertas del cielo y San Pedro le abre y le pregunta:

- ¡Hola hijo! ¿Quién fuiste en la tierra?

- Yo fui un carpintero muy famoso.San Pedro lo hace esperar y corre rápido donde el Maestro y le dice:

- ¡Maestro! ¡Maestro! Ha llegado tu padre.

- ¿Y cómo sabes que es mi padre?

- Porque ha dicho que era un carpintero ¡¡muy famoso en la tierra!!

- ¡Será posible! ¡¡Mi padre está aquí!! Jesús sale corriendo a las puertas del cielo lleno de alegría...

-¡Papá! ¡¡Papá!!! Al anciano al verlo se le llenaron los ojos de lágrimas y contestó...

- ¡¡Pinooochooo!!"

E imaginar al pescador galileo preguntando:

- ¿Don Leopoldo y en qué consiste el chiste?,

-Pues mire usted, Don Pedro, perdón San Pedro, el chiste consiste en que Jesucristo sale a la puerta pensando que va a encontrarse con San José, su padre, porque le han dicho que es ‘un carpintero muy famoso’ y resulta que se encuentra con Geppetto, que le dice: ¡Pinoooocho, Hijo!

La gracia está en lo irreverente del chiste. Lo que hace reír a los hombres, es porque les ‘libera’, les permite bromear con el ‘tabú’ de lo sagrado, y poder llamar ‘mentiroso’ de una manera sutil al Maestro. O sea que el chiste está en captar esta sutileza o ‘soteleza’, si prefiere. Espero que aquí en el cielo tengan un poco sentido del humor, más fino que en la tierra y vean que yo no era ni soy tan serio, ni tan simple como algunos me pintaban.

Fíjese don Pedro, perdón, San Pedro, si serán tontos, por no llamarles directamente gilipollas, si se me permite este vocablo en este lugar, soy tan educado, que he tenido que morirme para que ahora todos me suban a los altares democráticos. Menos mal, que ya sabía con quién me jugaba los cuartos y me reía de que algunos se rieran no sé si de mí o ‘conmigo’.


- Le encuentro a usted más gordo, don Federico
- ¡Oh! ¡Como una tapia!

Comentarios

JP ha dicho que…
Los homenajes, mejor en vida. Después todos somos muy buenos.

Saludos,
JP
http://historias-de-jp.blogspot.com
Campu ha dicho que…
Así es...porque después de muerto como si me echan a los leones...
Anónimo ha dicho que…
La imitación de la idiosincracia de Leopoldo es muy buena. No la conocía. Siempre había tenido como dices fama de gris y ha sido muchas veces ignorado. Como dice mi abuela "Dios nos libre del día de las alabanzas". Pero en el adiós se merecía el homenaje. Otra cosa no igual pero parecida sucedió con Suárez hasta que no se hubo retirado de la política activa. Lo digo porque hago mi tesis sobre ello. Felicidades por el blog.

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