Un mono muy mono

DOUCE Y ALGUNAS MONADAS

- Mira, Douce, acabo de ver unas imágenes en un vídeo que me han hecho pensar en alguien.

- ¿Y tienes que contármelo a mí? En tus cosas privadas, no me meto.

- Es que tiene que ver algo contigo.

- ¿Esas imágenes tienen que ver conmigo?

- Sí, mucho. Conozco a alguien, y tú también la conoces, que hace igual que en el vídeo.

- Tienes la habilidad, por no emplear otra palabra, de lograr intrigarme y despertar mi curiosidad, cosa que no es demasiado difícil, y tú lo sabes. Así que larga cuanto antes, que ya has conseguido lo que buscabas, interrumpir mi descanso.

- ¡Si te pasas todo el día descansando!

- Querido, yo me tomo la vida con algo más de calma que tú y eso va en beneficio de todos, porque rara vez me altero. Así que a nadie molesto con malos humores y contestaciones displicentes. Y si te parece, para que siga manteniendo mi serenidad, dime de una puñetera vez quién es esa misteriosa persona de la que te has acordado viendo el vídeo.

- ¡Tú!

- ¿Yooo?

- Sí, tú. Bueno, el que aparece en el vídeo es un mono muy mono y un pelín mimosón.

- ¿Y en cuál de los dos adjetivos encajo yo?

- Pues... en lo dos, porque eres 'mona' (adjetivo) y muy mimosa. Mira, y luego me dices si tú no haces lo mismo.

- Vale, ponlo. Pero no añadiré nada si es cierto.

- ¡Ahí va!




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