Vuelta a las aulas
ENTRE LES MURS
A medida que pasa el tiempo el Náufrago siente que se está convirtiendo en espectador, más que actor, de muchas de las cosas que ocurren a su alrededor. Se diría que va dejando aparte aquello que no le ‘interesa’ para ocuparse de otros asuntos y circunstancias que le resultan más cercanos.
Esa impresión de lejanía ha sido particularmente intensa hoy al leer en la prensa algunos comentarios y ver en Internet algunos vídeos sobre la película “Entre les murs”, galardonada con la Palma de Oro del Festival de Cannes. De repente se ha sentido de nuevo en el aula, respirando su ambiente. Sensaciones de apatía, desinterés, lejanía, confrontación por una parte; calidez, cercanía, afecto y simpatía por otra, entre sus recuerdos. Es cierto que las breves secuencias que corresponden al film galardonado están más cerca de las primeras que de las segundas. La película pretende mostrar el ambiente de un instituto de la banlieue parisina donde un profesor comprometido tiene que hacer frente a la colisión de culturas y actitudes de sus alumnos franceses o inmigrantes.
En la conferencia de prensa, ‘didáctica’, del director (Laurent Cantet) y el ‘guionista-actor’ (François Begaudeau) que habla desde su propio libro y experiencia, ambos insisten en que no han querido ‘demostrar’ nada, sino que han tratado de ‘mostrar’ una atmósfera y unas actitudes que son reales y que poco a poco se van generalizando. Directo y actor explican cómo a lo largo de todo un año crearon un ‘taller cinematográfico’ al que asistieron voluntariamente dos docenas de adolescentes entre 14 y 16 años. En cada sesión (40-50 minutos) de los miércoles, guionista y director planteaban una ‘situación’ que los ‘aprendices de actor’ debían representar de acuerdo con sus respectivos caracteres y tratando de que la representación se acercara lo más posible a lo que normalmente ocurre en las aulas. De estas sesiones iban surgiendo los diálogos y se iban seleccionando a los actores en sus respectivos papeles.
El film habla pos sí solo. Muestra las relaciones entre alumnos y profesor, las de los alumnos entre sí o las de los mismos profesores en sus ‘consejos escolares’. Sin haber visto la película, alguien del ‘oficio’ puede sentir y ‘oler’ una realidad que se va generalizando en las aulas. Aquellos que dejaron la escuela hace algunos años pueden comprender la dificultad de una tarea que exige de los que se ven implicados en ella, un buen caudal de energía interior y habilidades varias de las que no todos están dotados. En semejantes circunstancias la tarea resulta bastante dura y decepcionante, por no decir claramente demoledora.
Esa es la realidad a la que el Náufrago se ha acercado hoy. Ahora, que empezaba a sentir que se alejaba.
A medida que pasa el tiempo el Náufrago siente que se está convirtiendo en espectador, más que actor, de muchas de las cosas que ocurren a su alrededor. Se diría que va dejando aparte aquello que no le ‘interesa’ para ocuparse de otros asuntos y circunstancias que le resultan más cercanos.Esa impresión de lejanía ha sido particularmente intensa hoy al leer en la prensa algunos comentarios y ver en Internet algunos vídeos sobre la película “Entre les murs”, galardonada con la Palma de Oro del Festival de Cannes. De repente se ha sentido de nuevo en el aula, respirando su ambiente. Sensaciones de apatía, desinterés, lejanía, confrontación por una parte; calidez, cercanía, afecto y simpatía por otra, entre sus recuerdos. Es cierto que las breves secuencias que corresponden al film galardonado están más cerca de las primeras que de las segundas. La película pretende mostrar el ambiente de un instituto de la banlieue parisina donde un profesor comprometido tiene que hacer frente a la colisión de culturas y actitudes de sus alumnos franceses o inmigrantes.
En la conferencia de prensa, ‘didáctica’, del director (Laurent Cantet) y el ‘guionista-actor’ (François Begaudeau) que habla desde su propio libro y experiencia, ambos insisten en que no han querido ‘demostrar’ nada, sino que han tratado de ‘mostrar’ una atmósfera y unas actitudes que son reales y que poco a poco se van generalizando. Directo y actor explican cómo a lo largo de todo un año crearon un ‘taller cinematográfico’ al que asistieron voluntariamente dos docenas de adolescentes entre 14 y 16 años. En cada sesión (40-50 minutos) de los miércoles, guionista y director planteaban una ‘situación’ que los ‘aprendices de actor’ debían representar de acuerdo con sus respectivos caracteres y tratando de que la representación se acercara lo más posible a lo que normalmente ocurre en las aulas. De estas sesiones iban surgiendo los diálogos y se iban seleccionando a los actores en sus respectivos papeles.
El film habla pos sí solo. Muestra las relaciones entre alumnos y profesor, las de los alumnos entre sí o las de los mismos profesores en sus ‘consejos escolares’. Sin haber visto la película, alguien del ‘oficio’ puede sentir y ‘oler’ una realidad que se va generalizando en las aulas. Aquellos que dejaron la escuela hace algunos años pueden comprender la dificultad de una tarea que exige de los que se ven implicados en ella, un buen caudal de energía interior y habilidades varias de las que no todos están dotados. En semejantes circunstancias la tarea resulta bastante dura y decepcionante, por no decir claramente demoledora.
Esa es la realidad a la que el Náufrago se ha acercado hoy. Ahora, que empezaba a sentir que se alejaba.
Comentarios