Sobre las artes de pescar en la Red

Lo que va descubriendo el Náufrago, aunque algo tarde, es que si simplificamos para entendernos, este mundo nuestro podría dividirse en dos grandes grupos: los estafadores y los pardillos o estafados. Podría haber muchísimas más divisiones, pero no vamos ahora a comernos el coco especificándolas todas. También es posible que los pardillos o estafados ejerzan a su vez de los primeros, con lo cual la cadena se hace interminable. El Náufrago ha consultado con Douce, su perra, si ocurre algo parecido también entre los perros y le ha dicho, que ella sepa, los perros llaman al hueso, hueso… y al agua, agua, porque ellos no le dan al vino. O sea que de momento admitiremos, que en el reino animal los únicos que tratan de andar con trampas y engañifas somos los que nos denominamos ‘racionales’.

Y no piensen que en esto de la estafa sólo se maneja el dinero. Uno puede ser o sentirse estafado de muchas maneras. Estafan las religiones prometiendo paraísos que luego no existen; estafan los políticos venga a hacer promesas que no cumplen; estafan los bancos, los vendedores de coches, los fontaneros, los taxistas si pueden, los médicos que dicen cuidar el ánimo o el ánima de sus ‘clientes’… Pueden seguir la lista, pero necesitarían toda la base de datos de Google y algo más.

Hablando de Google y de la Red donde los estafadores pescan utilizando todas las artes del oficio: anzuelo, cerco, arrastre, almadraba, deriva, curricán o palangre, les comentará otra modalidad que no conocía. Sabía lo de la herencia de un prócer marfileño, lo del premio gordo en la lotería, el señor con cáncer de próstata, el estudiante ruso sin recursos, el ‘banco’ que te pide que confirmes tus datos…

Lo último que ha recibido el Náufrago en su correo es el mensaje del Dr. Murrieen Greenhill, prestigioso epidemiólogo de la universidad de Birmingham UK, que solicita que el Náufrago le busque 3 habitaciones dobles en un hotel, o en su defecto, un apartamento capaz de alojar a otras tantas eminencias indonesias que dedicarán una semana a profundos y beneficiosos estudios epidemiológicos en Santander del 12 al 19 de agosto. El citado doctor en ‘Estafalogía’, una especialidad más de la medicina, espera ‘swift response’, o sea rapidita confirmación. He aquí la misiva:

Dear Manager,

My name is Dr.Murrieen Greenhill from university of public health and epidemiology birmingham uk. I want to book 3 double rooms in a Hotel/Apartment for 6 them of researches from Indonesia to your country for a research programme from AUG 12th - AUG 19th,2008 (8days).Please get back to me with your rates and the total cost for 6 guest who will stay for the duration of 8days.

Please confirm if you have the availability and provide me with the charges for 6 people in 8days.

I await your swift response.

Regards,
Dr Greenhill.
E-mail:murrieen_greenhill28@yahoo.co.uk,

Si el Náufrago le contesta le enviará otra carta diciendo que de momento habrá que adelantar 2. 000 euros para la comida y bebida porque no conoce muy bien los gustos culinarios de los indonesios… Así, porque ya el Náufrago se pierde en estos ‘doctorados en ‘estafalogía, irá haciendo como que adelanta el 10% y que el resto se lo abonará una vez concluida la ‘operación’ quirúrgica de su tarjeta (suya, del Náufrago).

O sea que habrá que ir cambiando el viejo dicho latino: ‘cave canem’ (cuidado con el perro), por el de ‘Cave hominen’. ¡Con lo relajado que sería caminar por la vida sin temor a los mordiscos! Claro que la vida perdería gran parte de su ‘interés’. ¿Se imaginan un mundo compuesto de hombres cabales? Sin políticos, curas, contratistas, banqueros, abogados, concejales de urbanismo, ¿sin el vecino del quinto…? Mejor, que ni lo piensen: demasiado simple, para que sea verdad.

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