¡Y vuelta la burra al trigo!

LA PESADEZ DE LOS QUE SE OBSESIONAN... LA LIBERTAD DE EQUIVOCARSE

No sé qué impulso acucia al Náufrago para abordar asuntos que a poca gente o a casi nadie interesan, salvo a él mismo. Pero nada hay que objetar, porque está en su casa, está en su isla. Además los posibles visitantes que caen aquí, la mayoría por casualidad, y otros pocos, muy pocos, porque sienten alguna afinidad o simpatía por el habitante de la isla o más bien por su becaria, sabrán pasar hoja si el asunto no les interesa o consideran que disienten íntimamente con lo que el Náufrago expresa.

El comentario viene a cuento, porque la prensa resalta dos de los asuntos más urgentes del nuevo ejecutivo. En primer lugar, la reforma de la ley electoral y que, sin entender mucho de la cosa, le parece realmente necesaria. Y si no que se lo digan al señor Llamazares que con cerca de un millón de votos se quedó en calzoncillos (2 escaños, escoñaos) y otros, con un tercio de los votos, se encontraron con 6 asientos. O la misma Rosa Díez, con el mismo número de votos que los de 6, sólo disponga de su voz- ‘y qué voz- en el Parlamento.

Junto a esta necesidad, que parece plausible, aparecen otras que no sabe si tienen tanta urgencia y si se encuentran entre las ‘necesidades’ imperiosas de los ciudadanos en paro, los hipotecados, los que el alza de los precios les hace llegar la soga al cuello, los que tienen que hablar en voz baja porque hay orejas que oyen y lenguas que delatan, los y las que sufren violencia de todo tipo, los que tienen hambre y sed de justicia que se halla paralizada, los que tienen menos derecho que otros a regar sus campos, los que no pueden estudiar en la lengua que prefieren… ¿De verdad la libertad de conciencia en este país se ve más cercenada que la mera Libertad a secas?

Si “alcanzar la condición de laicidad que la Constitución otorga”, y no hay por qué cuestionarlo, va a suponer bajo la envoltura de hermosas palabras, sustituir la religión de los dogmas, los mandamientos y las prohibiciones, por la ‘religión’ del pensamiento bien pensante, de lo intelectual y políticamente correcto, este Náufrago se niega a comulgar con esa rueda de molino, porque ya ha degustado otras hostias. Estupendo que cada cual ‘crea en lo que cree’, que cada cual dude de lo que dude - seguramente muchos más- y que cada cual reniegue y apostate de aquello en lo que no cree y proclame su ‘agnosia’ sobre realidades trascendentes. Pero de ahí a tratar desde el poder, dictar las normas de la nueva ‘Religión’ o intentar pescar adeptos votantes en otras religiones, hay un largo trecho que recorrer y no conviene olvidarlo.

Aprovechando el carajal que tienen montado el avispero del vecino, parece quizá más viable poder proseguir avanzando en las retrógradas obsesiones…“¡Y vuelta la burra al trigo!”, decía la abuela para indicar lo pesadas que pueden resultar las ‘obsesiones’, si lo comparamos con la libertad que el verdadero pensamiento libera. Todos los poderes, por el hecho de haber ganado unas votaciones, tienen tendencia a arrogarse poderes que sólo pertenecen a los individuos. Entre ellos, la capacidad de equivocarse ellos solitos.

Comentarios

pilar ha dicho que…
De acuerdo con Fernández de la Vega. Creo que al menos hay que intentar "alcanzar la condición de laicidad que la Constitución otorga”, hay que bajarle los humos un poco a la iglesia que bastante se ha beneficiado ya.

Dice JUAN G. BEDOYA hoy en Elpais.com
"La Iglesia católica recibe del Estado unos 4.000 millones de euros anuales en diferentes conceptos. El resto de las confesiones, apenas cinco millones. Es una parte de la desigualdad".
Como siempre bicos
Anónimo ha dicho que…
Querida Pilar,

Completamente de acuerdo en que la Iglesia, la Católica supongo, tiene que hacer una reflexión seria sobre su función actual en una sociedad plural y en parte no creyente, e ir dejando poco a poco el lastre de una hegemonía de siglos en la que ha impuesto sus creencias, criterios e influencia no siempre de una manera adecuada para tratar de crear no ‘fieles’, sino hombres verdaderamente libres. Lo ha hecho la Iglesia Católica y lo hacen la mayoría de las confesiones religiosas. Otra cosa es que el Estado quiere ahora hacer parecidas funciones e imponer una ‘religión laica’.

Que el señor Bedoya, que fue fraile antes que ‘cocinero’ mediático, compare sólo cifras fríamente sin tener en cuenta por qué 4.000 a unos y cinco a todos los demás, si no explica algo más , me parece demagógico e impropio de su preparación, que la tiene. Supongo que esas cifras estarán en relación con el número de ‘fieles creyentes’, con el número de escuelas, hospitales, organizaciones humanitarias religiosas o sociales con los que de cada uno de los credos aligera responsabilidades estatales.

Y si el periodista cita sólo cifras, debería añadir también otras. Por ejemplo las del economista José Barea, a quien debe conocer, y en su informe habla de los 31.189 millones de euros que esa Iglesia prepotente ahorra a las arcas del Estado trabajando en campos como la educación , la sanidad, ayudas sociales a extoxicómanos, expresidiarios, prostitutas y otros marginados sociales.

Si apuntamos las sombras, que las hay, veamos también las luces. Demos una información leal. La equidad, la justicia, la pasión por la verdad, la responsabilidad a la hora de informar, son también valores laicos, muy preciados.

Bicos y gracias por aportar tu opinión.
pilar ha dicho que…
Está claro que nunca podré estar a tu nivel en cuanto a conocimientos en cualquier campo y me has dado una gran lección. Pero al margen de lo que opinen Berdoya o Barea y al margen también de simpatìas...sabes a lo que me refería al hablar de que ya va siendo hora de bajarle los humos a la iglesia, verdad?
Gracias a ti por tu erudita lección y como siempre bicos grandes.
Anónimo ha dicho que…
Pilar, no se trata de enseñar nada. Son muchísimas las cosas que me quedan por aprender de los que expresan sencillamente lo que piensan.

Y sí, estoy de acuerdo contigo que la Iglesia,la española en particular, tiene muchos motivos para reflexionar sobre su función y cometido , sobre los resultados procedentes de su labor y la manera de 'adoctrinar' a sus fieles. No sabría decir si se trata de 'bajar los humos', porque podría suponer una superioridad moral por parte de quien lo hiciera y que habría que acreditar fehacientemente.

La Iglesia debe entonar su 'mea culpa' si es que no se ha olvidado de lo que predica a sus fieles.

Entradas populares