Amores de cine
" TRANSICIONES " : José Ramón SÁNCHEZ
En cuanto el Náufrago tuvo noticia de la nueva exposición de José Ramón Sánchez, “Transiciones”, se dijo para sí: “Tienes que ir a verla”. Y así fue. Ayer por la tarde, recién estrenada la muestra, el Náufrago acudió a la Sala de Exposiciones del antiguo Mercado del Este.
En la ‘Casa del Indiano’ que se halla en la planta superior se encontró con el propio pintor y juntos se tomaron una caña. Bueno él, José Ramón, pidió que le sirvieran también un pincho de tortilla.
- Estoy desfallecido. He desayunado a las seis de la mañana, he comido a la una y no he parado. Necesito tomar algo, le comentó.
Charlaron durante unos minutos. Un visitante de la exposición le abordó para comentar con el autor lo que había significado para él ver aquellas imágenes y que José Ramón había llamado “Transiciones”, porque eso se trataba ‘que se vea una mínima parte del proceso. Que se entienda el porqué de un cambio imprevisto. Que se compruebe, con dolor, que lo simple era más eficaz que lo complicado. Que se llegue a la conclusión de que, en ese rostro repetido, cuatro o cinco veces, hay mucho más trabajo que inspiración…'
Y ahí están, ‘transicionalmente’ desde los grandes del humor: Chaplin, Keaton, Laurel y Hardy, los hermanos Marx, hasta otros eternos ‘grandes’ como Bogart, Brando, Cagney, Wayne, Ford, pasando por Audrey Hepburn, James Dean, Woody Allen, Ingrid Bergman o Marilyn.
Aquel niño ‘flaco y asmático, sensible y soñador’ pasó años en la cama dibujando a sus héroes de la pantalla en el tablero que le hizo su padre, fabricante de ataúdes. Más tarde, en un internado de Palencia donde había sido enviado para ‘curarse’, seguiría pensando en su ciudad, en el cine del colegio de los Escolapios.
Al fin y al cabo, este ilustrador, cartelista, pintor, escenógrafo, que se siente Stevenson, Chéjov, Shakespeare, Brahms, Chopin, Velázquez, Vermeer y, sobre todo, Van Gogh no hace más que verter en imágenes y en textos todo ese mundo que crece en su interior. Llamarle ‘humanista del siglo XXI’ quizá pudiera parecer exagerado, pero lo que sí es, además de trabajador, amante de ‘su’ ciudad, persona que nunca olvida sus humildes orígenes, es un CREADOR
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Post Data:
Esta tarde el Náufrago volvió al ‘lugar del crimen’, quería ver de nuevo, con algo más de calma, las ‘Transiciones’ de José Ramón Sánchez. El azar dispuso que coincidiera con una grabación para una cadena de una televisión local. El pintor hablaba con el periodista, Javier Rodríguez, sobre los ‘retratados’. Recuerdos, emociones, detalles de cada uno de ellos: la indefensión de Chaplin, el torbellino de los Marx, el humor de Stan y Oliver, Laurel y Hardy, ‘el Gordo y el flaco’ de nuestras risotadas infantiles.
Indicaba sus ‘retratos’ preferidos y aquellos de los que se sentía ‘decepcionado’. Entre sus preferidos, el Orson Welles de Ciudadano Kane. Se sentía satisfecho de la ‘profundidad’ que había logrado en el cuadro al añadir la imagen de fondo y no tenía inconveniente en afirmar que el Woody Allen de la exposición, ‘sobraba’. Luego se extendería en la belleza inmarcesible de la Hepburn, la tristeza de Keaton, la ternura que le inspiraba Frankenstein, el ‘siempre nos quedará Paris’ de Rick e Ilsa (Bogarth & Bergman) en Casablanca. Toda una lección de arte pictórico y cinematográfico, in situ.
En cuanto el Náufrago tuvo noticia de la nueva exposición de José Ramón Sánchez, “Transiciones”, se dijo para sí: “Tienes que ir a verla”. Y así fue. Ayer por la tarde, recién estrenada la muestra, el Náufrago acudió a la Sala de Exposiciones del antiguo Mercado del Este.
En la ‘Casa del Indiano’ que se halla en la planta superior se encontró con el propio pintor y juntos se tomaron una caña. Bueno él, José Ramón, pidió que le sirvieran también un pincho de tortilla.
- Estoy desfallecido. He desayunado a las seis de la mañana, he comido a la una y no he parado. Necesito tomar algo, le comentó.
Charlaron durante unos minutos. Un visitante de la exposición le abordó para comentar con el autor lo que había significado para él ver aquellas imágenes y que José Ramón había llamado “Transiciones”, porque eso se trataba ‘que se vea una mínima parte del proceso. Que se entienda el porqué de un cambio imprevisto. Que se compruebe, con dolor, que lo simple era más eficaz que lo complicado. Que se llegue a la conclusión de que, en ese rostro repetido, cuatro o cinco veces, hay mucho más trabajo que inspiración…'
Y ahí están, ‘transicionalmente’ desde los grandes del humor: Chaplin, Keaton, Laurel y Hardy, los hermanos Marx, hasta otros eternos ‘grandes’ como Bogart, Brando, Cagney, Wayne, Ford, pasando por Audrey Hepburn, James Dean, Woody Allen, Ingrid Bergman o Marilyn.
Aquel niño ‘flaco y asmático, sensible y soñador’ pasó años en la cama dibujando a sus héroes de la pantalla en el tablero que le hizo su padre, fabricante de ataúdes. Más tarde, en un internado de Palencia donde había sido enviado para ‘curarse’, seguiría pensando en su ciudad, en el cine del colegio de los Escolapios.
- “En Palencia me sentía en el paraíso, porque había programas dobles y triples; en Santander nunca los hubo. Durante dos años acudía todas las tardes al cine, yo vivía con Gary Cooper, Gene Kelly, Ava Gardner…; lo irreal era la calle Mayor y los estudios de Comercio. Sabía que me iba a ganar la vida dibujando, no en un banco o en una oficina.”Su amor por el cine aparece reiteradamente a lo largo de su vida: Su pasión por el cine vuelve a quedar reflejada en la exposición "50 años de cine español", en 1985 y volvería a repetirse en el año 2000 con “Amores de cine” que luego proseguiría con el gran proyecto de “Moby Dick” y las ilustraciones de “La Biblia”, “El Quijote”, “La Divina Comedia” , “Gentes de Sotileza”, el “Beato de Liébana” o en su penúltima obra “ Cantabria, la Epopeya”.
Al fin y al cabo, este ilustrador, cartelista, pintor, escenógrafo, que se siente Stevenson, Chéjov, Shakespeare, Brahms, Chopin, Velázquez, Vermeer y, sobre todo, Van Gogh no hace más que verter en imágenes y en textos todo ese mundo que crece en su interior. Llamarle ‘humanista del siglo XXI’ quizá pudiera parecer exagerado, pero lo que sí es, además de trabajador, amante de ‘su’ ciudad, persona que nunca olvida sus humildes orígenes, es un CREADOR
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Post Data:
Esta tarde el Náufrago volvió al ‘lugar del crimen’, quería ver de nuevo, con algo más de calma, las ‘Transiciones’ de José Ramón Sánchez. El azar dispuso que coincidiera con una grabación para una cadena de una televisión local. El pintor hablaba con el periodista, Javier Rodríguez, sobre los ‘retratados’. Recuerdos, emociones, detalles de cada uno de ellos: la indefensión de Chaplin, el torbellino de los Marx, el humor de Stan y Oliver, Laurel y Hardy, ‘el Gordo y el flaco’ de nuestras risotadas infantiles.
Indicaba sus ‘retratos’ preferidos y aquellos de los que se sentía ‘decepcionado’. Entre sus preferidos, el Orson Welles de Ciudadano Kane. Se sentía satisfecho de la ‘profundidad’ que había logrado en el cuadro al añadir la imagen de fondo y no tenía inconveniente en afirmar que el Woody Allen de la exposición, ‘sobraba’. Luego se extendería en la belleza inmarcesible de la Hepburn, la tristeza de Keaton, la ternura que le inspiraba Frankenstein, el ‘siempre nos quedará Paris’ de Rick e Ilsa (Bogarth & Bergman) en Casablanca. Toda una lección de arte pictórico y cinematográfico, in situ.
Comentarios
Me interesa la exposición y la persona que aporta los cuadros. Los 'extras'no me interesan lo más mínimo.
Un saludo
saludos
Estoy seguro de que disfrutarás con los cuadros de José Ramón.
Saludos
La exposición me ha encantado, me quedo con cuadros como el de Steve McQueen y Buster Keaton, increíbles.
Había sido una satisfacción haber podido dibujar su retrato para darle esa gusto a su hijo que considera al actor de "La gran evasión" uno de sus ídolos cinematográficos.
Un saludo, Lucía