Vida y muerte en el estanque

EL ESTANQUE DE MATALEÑAS

Hubo un tiempo en que alguien legó un extenso parque junto al mar a los ciudadanos de su ciudad. El parque tenía una gran variedad de árboles y plantas venidas de mares lejanos. Una valla de tamarindos y un camino lo separaban del mar. También estaba dotado de un campo de golf donde los aficionados podían dedicarse a su deporte favorito.

Entre el campo y el parque trotaba un riachuelo que antes de llegar al mar se transformaba en un estanque y en el centro una pequeña isla. Por el estanque danzaban sus valses cisnes blancos y negros, navegaban y vivían felices decenas de patos de todas las especies...




Fue transcurriendo el tiempo, no mucho, y del estanque fueron desapareciendo los cisnes  y poco a poco también los patos fueron mermando. El estanque no estaba cuidado y sólo los patos más valientes seguían navegando por el estanque, pero ya no era aquel revoloteo, las pequeñas riñas amorosas, la alegría.

Ahora en el estanque se acurrucan  en las esquinas las hojas de los plátanos y entre ellas botellas de plástico, de vidrio o de latón, bolsas navegan a la deriva. Sólo algunos peces se mueven en bandadas por el estanque buscando algo que comer y con su boca diseñan círculos que se van exparciendo por la superficie.
***

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
La verdad es que es un pena que no se conserven los lugares como éste. No lo entiendo, la verdad. Tampoco entiendo a los que tiran basura por ahí. Me pregunto si lo hacen en su casa y a veces pienso que sí.

Entradas populares