Charlando con Douce

DOUCE Y LA TELE 

- Hola, Douce, ¿Qué haces tú aquí  a estas horas? Te hacía durmiendo la siesta
- Yo no soy como ‘otros’. Yo me documento
- Eso está muy bien. ¿Pero desde cuándo te ‘documentas’ viendo la tele?
- Pues mira me ‘documento’, viendo cómo los humanos no tenéis ningún respeto con nosotros los perros.
- ¿Y de dónde deduces tú que no os respetamos?
- ¿Pues no lo ves? ¡Ese señor de las barbas, que además es feo, ha bajado las escaleras como alma que lleva el diablo y casi se traga a la señora con su perro!. Dio una vuelta y por poco deja a mi amigo  ‘despanzurrao’. Menos mal que se agachó y se hizo una lámina, que si no…
- ¿Te refieres a ese señor que ha salido patas pa que os quiero?
- Pues a quién va a ser. Jo, Náufrago, cada vez te veo más opaco…
- Puede que tengas razón, Douce, no me lo tengas en cuenta. Si es que vamos a lo loco y ya no vemos ni a los perros. Perdóname.
- Vale, no me pidas perdón. ¿Le conoces?
- Psss...… Un poco, de vista.
- Pues dile de mi parte, que no por correr más deprisa se llega al final más pronto porque se puede dar de narices…
- De acuerdo, Douce. Se lo diría pero no sé si serviría de algo.
- Vale. Ahora, por favor, déjame. Quiero ver cómo termina esta carrera.
- Prefiero no verlo. Mejor, me lo cuentas.
-¡Okay, Nau, ciao!

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