Vargas Llosa: Literatura y vida

El Náufrago no suele leer los discursos, como no escucha las peroratas de los políticos que se suben al estrado. Lo estima pura retórica, sin contenido. 

Ayer, sin embargo, sintió curiosidad por leer las palabras de Vargas Llosa en Estocolmo y no quedó defraudado. Leyó las 19 páginas  de su discurso y seleccionó algunos de los párrafos que más le llamaron la atención. Valió la pena . 

Para los interesados, aquí quedan algunos de ellos.
LA LECTURA

Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio.
... La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura

- Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. .../
Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola.

-Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión.

- Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor.
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CIUDADANO DEL MUNDO

- Nunca me he sentido un extranjero en Europa, ni, en verdad, en ninguna parte. En todos los lugares donde he vivido, en París, en Londres, en Barcelona, en Madrid, en Berlín, en Washington, Nueva York, Brasil o la República Dominicana, me sentía en mi casa.

- El amor al país en que uno nació no puede ser obligatorio, sino, al igual que cualquier otro amor, un movimiento espontáneo del corazón, como el que une a los amantes, a padres e hijos, a los amigos entre sí.

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ESPAÑA

- Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda con ella es tan grande como el agradecimiento que le tengo. Si no hubiera sido por España jamás hubiera llegado a esta tribuna, ni a ser un escritor conocido, y tal vez, como tantos colegas desafortunados, andaría en el limbo de los escribidores sin suerte, sin editores, ni premios, ni lectores, cuyo talento acaso –triste consuelo- descubriría algún día la posteridad. En España se publicaron todos mis libros, recibí reconocimientos exagerados, amigos como Carlos Barral y Carmen Balcells y tantos otros se desvivieron porque mis historias tuvieran
lectores.

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NACIONALISMOS
- Detesto toda forma de nacionalismo, ideología –o, más bien, religión- provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento. Junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales y la sangría actual del Medio Oriente. Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado,

- La patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver.
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LA ESCRITURA Y LA VIDA
La literatura dejó de ser un juego. Se volvió una manera de resistir la adversidad, de protestar, de rebelarme, de escapar a lo intolerable, mi razón de vivir. Desde entonces y hasta ahora, en todas las circunstancias en que me he sentido abatido o golpeado, a orillas de la desesperación, entregarme en cuerpo y alma mi trabajo de fabulador ha sido la luz que señala la salida del túnel, la tabla de salvación que lleva al náufrago a la playa .

- Aunque me cuesta mucho trabajo y me hace sudar la gota gorda, y, como todo escritor, siento a veces la amenaza de la parálisis, de la sequía de la imaginación, nada me ha hecho gozar en la vida tanto como pasarme los meses y los años construyendo una historia, desde su incierto despuntar, esa imagen que la memoria almacenó de alguna experiencia vivida, que se volvió un desasosiego, un entusiasmo, un fantaseo que germinó luego en un proyecto y en la decisión de intentar convertir esa niebla agitada de fantasmas en una historia. “Escribir es una manera de vivir”, dijo Flaubert.

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LITERATURA Y LIBERTAD
- La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos, principalmente aquellos que alentamos más dudas que certezas, y confesamos nuestra perplejidad ante temas como
la trascendencia, el destino individual y colectivo, el alma, el sentido o el sinsentido de
la historia, el más acá y el más allá del conocimiento racional.

- La literatura introduce en nuestros espíritus la inconformidad y la rebeldía, que están detrás de todas las hazañas que han contribuido a disminuir la violencia en las relaciones humanas. A disminuir la violencia, no a acabar con ella. Porque la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa

Comentarios

M. Luz ha dicho que…
Muchas gracias por esta entrada, por el enlace de youtube, por el texto completo del discurso.

Hay un programa en RNE-1, los sábados a las 3 de la tarde, Documentos se llama. Esta semana está dedicado a Vargas LLosa y seguro que te gustará si puedes oirlo. También es posible seguirlo por internet en www.rne.es, en el apartado "rne Radio Nacional en directo", que está a la derecha de la página, debajo de los informativos territoriales.
Douce ha dicho que…
M. Luz,

En estas circunstancias, el agradecido soy yo. No hay mejores "gracias" que cuando alguien te dice: "Me ha gustado lo que en principio era un regalo que te hacías a ti mismo".- Disfruté cuando lo leí, disfruté cuando lo releía y subrayaba algunos pasajes, disfruté cuando trasladaba , en parte, algo de lo que me había gustado...

Gracias también por esas otras referencias que me señalas. Tiene razón V.LL. cuando en su discurso subraya la frase de Flaubert: "Escribir es una forma de vivir"
Sylvia Otero ha dicho que…
Gracias por compartirlo.

Me encantó. Comencé a leer a Vargas Llosa siendo una adolescente con "La Ciudad y los Perros". Fue todo un descubrimiento para mí. Luego "La tía Julia y el Escribidor", "Pantaleón y las Visitadoras" y otros más.

Reconozco que tengo que leer más de lo que lo hago.

Ahora miro televisión porque es como haber viajado a otro mundo. Las noticias son locales o del sudeste asiático en su mayoría y estoy aprendiendo muchas cosas.

Viene bien liberarse de vez en cuando de la influencia de los americanos del norte.

Besos,

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