Mirándose al espejo

LAS VERDADES DE AGAMENÓN Y SU PORQUERO

Hay veces que cuando uno lee un libro, un artículo, hasta una simple frase, se ve a sí mismo. Es como un espejo en que se reflejara su estado de ánimo, su visión de la realidad, sus ‘soluciones’ o más bien sus inquietudes. Eso le ha ocurrido al Náufrago  hoy, al leer la última página del periódico. Sucede que, normalmente, empieza a leer de verdad, después de haber echado un vistazo a los titulares de portada. Ya sé, que cada cual lee y siente lo que es, y habrá quien niegue el tan manoseado aforismo de Machado: “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero”.Ya sé que Juan de Mairena añadirá a su sentencia:

-Agamenón añade: “Conforme”

- Y el porquero, contesta: “No me convence”. Siempre habrá agamenones y porqueros. Pero eso ya es cuestión de cada cual. No siempre nuestras ‘verdades’ nos hacen más libres.

El texto al que me refería es éste. Lo dejo aquí por si a alguien le interesa. Cada cual es libre.

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EL ESPECTADOR

Nada define mejor a nuestro presidente que su presencia en el Congreso para prorrogar el estado de alarma. ZP se ha convertido en un mero espectador de su gobierno. Sentado en el banco azul, parecía vivir en su país de las maravillas, desde donde contemplaba la sesión parlamentaria como si fuera a un estreno de su propia obra. La realidad le parece virtual mientras se desploma en las encuestas y la indiferencia se apodera de los españoles que trabajan mientras la ira se contiene en los que se buscan la vida porque en el servicio público de empleo estatal, antes Inem, no dan dinero en la ventanilla. La España solidaria ha dado paso a la del sálvese quien pueda.
- Sociedad adormecida, resignada a su suerte
Hoy, sábado, las calles contagiarán el sabor de la Navidad en tiendas y superficies comerciales. Parecerá que casi nada ha cambiado. Que vamos y venimos con sonido de villancicos. Pero cada luz de las calles puede parecer un despilfarro, cada cóctel navideño un exceso, cada escaparate un sueño inalcanzable. Nuestra sociedad está adormecida. Resignada a su suerte, desamparada por los políticos que se blindan sus pensiones, sus privilegios, a la vez que debaten y bajan las pensiones de los demás. Y nadie protesta aunque maldice su suerte o mira de reojo los números de su empresa. Ya nadie piensa en el crédito para la casa de su vida, en un nuevo coche, en unas largas vacaciones, en ser espléndido en los regalos, en hacer un exceso, en darse una alegría, que se la merece.
 - Problemas colectivos, soluciones individuales
Gallego&Rey
Nos hemos encerrado en nuestros caparazones porque sabemos que nadie nos va a sacar del apuro. Que los problemas colectivos tienen soluciones individuales en caso de supervivencia. Que los problemas que se debaten en Europa deben de ser muy importantes pero a día de hoy necesitamos en nuestras cuentas personales trámites de urgencia. Verdaderos estados de alarma familiar porque nuestros controladores de fondos públicos hace tiempo que parece que se fueron de sus puestos y nos abandonaron en medio del caos económico. Y nadie les ha abierto expedientes individuales aunque dos de cada tres españoles ya les han condenado y les piden que se vayan. Porque las consecuencias de su gestión no son cifras. Tienen nombre y familias y amigos y vergüenza. Pero el espectador no abandona la platea, le debe de gustar el espectáculo.

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