Pastillas...

... CONTRA EL DOLOR AJENO


Pastillas contra el dolor ajeno
El miércoles pasado, el profe fue sorprendido por sus alumnos y alumnas, ya maduritos. Al entrar en la habitación que hace las veces de aula, vio la gran mesa central llena de todo lo necesario para celebrar un 'agapito' de fin de trimestre. Cada uno había aportado un manjar y un 'bebar': lonchas de jamón, lomo o salchichón, bocaditos, quesadas, mazapanes y las consiguientes bebidas. Uno de los alumnos, como el mismo profe, se vieron sorprendidos al ver que, por los preparativos, aquello no tenía traza de que ese día hubiera clase, si puede llamarse ‘clase’ a un encuentro semanal en que se juntan bajo el pretexto de que van a perfeccionar un idioma.

El 'nuevo' en cuestión, que no estaba al tanto de esta manera de clausurar el trimestre, salió del 'aula' y volvió con una bolsa y empezó a repartir unas cajitas rojas. En su cara tenían un rótulo curioso, paradójico que sorprendió a algunos, entre otros el que hacía el papel de 'profe'. Decía así: "Pastillas contra el dolor ajeno". Curioso hallazgo y algo intrigante. No es demasiado frecuente que tomemos medicamentos para sanar los dolores ajenos. Normalmente preguntamos: "¿Dónde están MIS pastillas?" cuando nos las recetan. Tampoco los doctores nos dicen: "Tómese estas pastillas después de las comidas, para curar los males de otros".

 

Sin embargo, existen. Hoy, cuando el Náufrago fue a la farmacia para reponer su botiquín, vio sobre el mostrador una caja de cartón con cajitas como las que había regalado el 'nuevo'. Ahora ya sabía algo más sobre los 'dolores ajenos' y compró esas pastillas. Sabe que no es más que un gesto, que no va a curar enfermedades que nos son ya extrañas pero que acaban con la vida de varios millones de personas en otros lugares del planeta. Lo que sí le llamó la atención fue el gesto de Daniel, el 'nuevo'. Quizá fue la mejor aportación a las lonchas de jamón, los mazapanes, las quesadas, la sidra del Gaitero... y otros 'brebajes' que no cita.

 

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Hola Náufrago:

No lo leí en profundidad porque en las antipodas es muy tarde. Pero cuando llegué a "un bebar" me hizo mucha gracia.

Sos muy ocurrente y muy gracioso.

Ya lo leeré más despiertamente.

A bientöt

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