Viva BERLANGA Vive


Esto que aparece hoy aquí, en la isla del Náufrago, no es un homenaje a Luis García Berlanga que se ha ido pero se ha quedado entre nosotros mientras sigamos por aquí lo  que nos queda. En realidad, es él quien nos rinde el Homenaje y su persona. El Náufrago no va a glosar su obra, tampoco su persona, porque tan sólo tiene de él algunas pinceladas, de su sencillez, su timidez, la extravagancia secreta que guardamos los tímidos y de vez en cuando dejamos que salga a la luz. No va a hablar tampoco de su intuición para saber burlar una censura férrea encargada de cercenar nuestras más elementales libertades que nunca alcanzarían el ‘libertinaje’. Supo dibujar con trazo fino, firme, certero, agrio, tierno, humorado, la oscuridad, las ilusiones, los fracasos, las ansias de vivir entre la miseria, el deseo de respirar las fantasías de un país que vivía con sordina.

 Ese Villar del Río, es el pueblo del Náufrago, es su alcalde que le debía una “explicación”, era la sabiduría del maestro, el sueño de todos los habitantes… Era aquel Verdugo ‘tierno’, el miedo, la pasión entre colchones, la voz que resonaba en la gruta mallorquina: es Plácido y el coche, y La Vaquilla, y la Escopeta Nacional , Calabuch y el erotismo de Tamaño Natural.

El “homenaje” que Luis García Berlanga regala al Náufrago es haber sabido enseñarle que detrás de la vida que vivíamos, estaba la “Vida en Cine”: el humor, la ternura, la ironía, la realidad y los ojos con qué deberíamos mirarla. Gracias Luis, mientras el Náufrago viva, llevará dentro una parte de ti, de aquella otra realidad  en pantalla de blanco y negro.

  

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Un aplauso a Berlanga.

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