Miguel Ángel Revilla y sus dudas metódicas

Argo. Leonardo Costa el Viejo

Nada peor que nuestro Ego para fiarnos de nosotros mismos, sobre todo si de política se trata. Con tanto adulador, tanto aplauso mediático tanto vivir en las nubes de los “si, señor, mande usted”, nada más apropiado para alejarse cada vez más de la cruda y desnuda Realidad.

Nuestro Presidente, Jefe o Caudillo está hecho un lío. Le gusta que el mundo entero esté pendiente de Él, el ‘Necesario’, el ‘Argonauta Supremo' encargado por los dioses de llevar la nave de esta región no sé sabe muy bien adónde. Para mantener el suspense de su ‘Abdicación’, Miguel Ángel Revilla, Presidente de esta “Cantabria Infinita”, lleva meses, años, manteniendo ‘en vilo’ a sus adoradores. Se siente ‘imprescindible’. Craso, error; pero su Ego le obnubila y no hay quien le tire de la toga y le susurre al oído: “Recuerda que eres un hombre…” y además bajito y con mala leche.

Si hace 48 horas confesaba en una tertulia mediática que el año 2013 –cuando cumple 70 años – podía ser el de su jubilación, ayer matizó su afirmación con un ambiguo: “ya no lo sé, ya no aventuro nada”. Señor Revilla, dilecto Presidente, porque usted se retire, allá por las majadas, esta región seguirá sin grandes alteraciones aunque usted siga fumando puros y regalando anchoas. Ni usted, ni el que suscribe –perdone la comparación, porque sé que no tiene ‘comparanza’, somos imprescindibles, sobre todo el que suscribe.

No hay cosa peor que creerse 'imprescindible'.