Sala de esperaaaa

Cuando empieza a fallar la maquinaria y tienes que pasar la ITV personal, uno se lleva algunas sorpresas y empieza a pensar en las Salgado y las Aguirre aguerridas. Uno va a que le examinen algunas partes y resulta que le dicen que tiene "pulmones de fumador ... pasivo", ¡manda güebs!. Eso después de pasar dos hora de espera en la sala de ídem. O sea que acudes cuando se pone el sol y sales cuando ya se ha puesto el pijama para irse a dormir con la Luna de Valencia.

Una de las ventajas que tienen estas visitas médicas , son estos descubrimientos insólitos. Desde hoy voy a aplicar en casa la ley-Salgado , por mucho que diga la Aguirre y voy a exigir que los fumadores de esta casa, tres, salgan a fumarse los Winston a la pradera del cowboy. Yo que había sido un ‘no fumador’ transigente voy a empezar mi campaña talibán contra el tabaco, las tabacaleras y las expendedurías de estas hierbas. ¡Y vamos a ver qué pasa! ¡El fumar se va a acabar! ¿ A qué se me da bien esto de prohibir?

Otra de las ventajas que tiene esto de la ITP (Inspección Técnica Personal) es que te da tiempo a leer el periódico de atrás para adelante, que es lo que suelo hacer, y repetir la lectura de adelante para atrás, como aconsejan los cánones. Pero a mí los cánones me la sudan mientras no pongan los periódicos las cosas en su sitio: primero Cultura y Espectáculos, después Deportes, nos saltamos las páginas económicas que son muy aburridas y de las que no entiendo nada, luego algo de Sociedad y Sucesos varios: accidentes, robos, agresiones varias etc... un poquito, pero poco, del Mundo, y una día sí, y seis no, que hablen de Política. Es una fórmula que llevo ofreciendo a los propietarios de los medios y nada, no se dan por enterados. Luego se quejan que el número de lectores de prensa baja.

Después de leer la prensa de cabo a rabo, terminar de leer algunos capítulos del libro del que también me había provisto, me sobró un cuarto de hora para revisar los diplomas que acumulaba mi doctor. Hasta 42 conté, algunos en inglés, la mayoría en español, de simposios de lo más raro. Hasta me enteré de la fecha de nacimiento del galeno y que su nombre no es la simple L. que figura en sus recetas, sino Leopoldo Luis Raimundo etc... Con un nombre así yo también sería capaz de dar un diagnóstico y solicitar una ecografía.

El mundo está mal repartido, está visto. Ya va siendo hora de que seamos los pacientes los que hagamos esperar dos horas a los médicos y de que le, recetemos más “Prisasina” en grageas o en pastillas. Al principio del tratamiento una pastilla cada hora, y cuando cesen los síntomas, una cada 8 , si no hay recidiva.

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