Cosas de la edad

ENTREVISTA

Uno que anda de retirada, va empezando a percibir que poco a poco está más cerca la hora que nunca creyó llegada. No por deseada, créanlo, sino más bien por lo contrario. Estar en la brecha suponía una cierta prolongación de juventud, una coquetería que siempre he cultivado. Me sucede como a ciertas mujeres que no mencionan nunca su edad, no sé si es porque necesitan ser deseadas, y no me refiero sólo a lo físico, sino como personas, que es algo más íntimo e importante. No sé si por algo que tenga que ver con eso he ocultado coquetamente mi edad. Además, hubo otras épocas en que yo era el más joven de mis compañeros, hasta que poco a poco, sin sentirlo, me he hecho el más mayor, aunque interiormente siga empeñado en no creérmelo. ¡Tenemos tantas maneras de engañarnos! Claro que hay mentiras muy piadosas, infantiles casi, y no deben ser tenidas muy en cuenta.

Ante la evidencia, sobreviene otra manera más o menos sutil de defenderse, que es proclamando que eres mayor esperando acaso que te consuelen diciendo: “Pues no los aparentas”... Y también te tragas esa mentira piadosa. Sea cual sea la argucia o las respuestas, no dejan de ser recursos muy humanos, perdonables en los que adulan y en el que se deja adular. ¡Vivimos de tantas mentiras!

Me viene a la mente esta reflexión, porque hoy he recibido el cuestionario de la primera y última entrevista a la que jamás me haya o hayan sometido. La he recibido muy gustoso. Por una doble razón, la primera por poder decir , al menos por una vez, eso tan insólito de “ Me alegro de que me haga estas preguntas”, más que nada porque parece una frase de gente importante, y no está mal , aunque sea una vez en la vida, sentirse importante, importándote tan poco. La segunda razón es de más peso y suena a algo más sincero. Me alegro de que me la hagan y que me la haga quien me la hace, una de las personas que más aprecio entre mis amigos y compañeros, por muchas razones. Tiene muchas virtudes que yo envidio de él, y apenas le veo otro defecto que haya hecho esta especie de panegírico que sirve de introito a su cuestionario.

Las preguntas y las respuestas me las reservo para más adelante, hoy sólo copio la introducción y verán que tengo razón. Además puedo decirle desde aquí , que me ha emocionado , cosa que yo no sé expresar muy bien en vivo y en directo por una cochina manía mía que ya adivinarán cuál es cuando lean las respuestas.

Su introito es la siguiente:

UN MUNDO PARA IULIUS

Difícil, muy difícil papeleta se le ha encomendado a este pobre redactor especializado (¿por qué siempre me toca a mí?) en este apartado de la entrevista insolente. ¿Cómo puedo yo asestarle puñaladas a este hombre, por muy Bruto que yo sea y por muy Julio César que sea él. Reniego de estos Idus de Marzo.

Además, podría haber algo muy freudiano en todo ello: para algunos, entre los que yo me encuentro, este personaje es como nuestro padre, y está muy feo eso de cargarse a un padre, aunque sea vía entrevista; el propio Edipo mató al suyo, sí, pero por accidente, lo nuestro sería más gordo. Bueno, nos conformaremos sólo con castrarlo: cual moderno Crono, con la pluma como hoz, le cortaremos … la retirada a este Urano del Pereda, dios supremo del Olimpo literario de nuestro Instituto.

Muy clásica nos ha salido esta introducción. Qué menos, si vamos a hablar con uno de los clásicos del Pereda, alma mater de esta nuestra Revista, en el año de su despedida. Con todos ustedes, el Sr. Nieto, Don Julio César Nieto Berrocal, de los césares de toda la vida de Dios, de los nietos que devoramos hambrientos su blog, de los berrocales graníticos de su Salamanca querida. Un lujo de entrevistado. Un reto de entrevista.

PALABRAS MAYORES: Supongo que tras este introito me merezco ser nombrado su delfín cara a la sucesión en la poltrona de Director de la Revista. Pero no se crea que todo va a ser cera, le tengo preparada una batería de preguntas que le van a hacer cambiar esa cara de circunspecto que tiene siempre usted. Prepárese

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