Llueve en el Muelle
DOUCE Y LOS PARAGUAS
No sabes cómo nos ha sabido esa “¡Qué preciosidad!”. Es como si añadieras un plus de sensaciones y uno descubriera mejor lo que ya hemos vivido esta mañana de lluvia dulce y constante. La ciudad tenía otro color, distinto a la rutina de cada día. El gris del cielo, el espejo en que se había convertido el suelo, el ‘pasear’ de los que quizá eran visitantes, el de parejas solas o con sus niños… La ciudad se purificaba y es como si sólo la ocupaban los que por gusto o necesidad puntearan el paseo.
El primer ‘sentimiento’ lo vimos a través de la ventanilla del coche, cuando nos detuvo el semáforo. Allí estaba, donde siempre. Es ‘su casa’, allí pasa horas, sentado en su ‘sillón’ de siempre, con su sombrero y su bigote, su … ¡oh sorpresa: otro perro! ¿Habrá muerto su amigo de siempre?, pensó Douce. Queremos pensar que necesita un amigo fiel para pasar sus horas. Siempre sentado en el mismo Banco: “Llévate 150 € anuales en cupones de descuente”, dice la joven sonriente” (¡Qué paradoja!)
Luego, a través de las gotas de la ventanilla, el quiosco del heladero. Mal día para el negocio. Por fin encontramos un sitio donde aparcar y dar tiempo a que Douce olfateara y algo más, en las hierbas de los parterres del paseo. Luego el Náufrago, debajo de un tamarindo, contemplaba el ir y venir de las lanchas de “Los Reginas" que cruzan la bahía. Más allá los Prácticos guiando la entrada de los ‘Containers’ en el puerto.
Allí, desde su refugio, observa el ir y venir de solitarios, parejas, familias, madres y niños y al pescador que debajo de ‘su techo’ aguarda que cese la lluvia. Y al fondo del muelle, incansables, los ‘raqueros’ esperan eternamente el momento de lanzarse al agua para recoger las ‘perras’ que caigan a la bahía.
Comentarios
Al margen, tienes a la Pepa en el palacio de la Magdalena, de 8 a 13, mañana domingo.
Buen fin de semana.
Reposante fin de semana.
(Estaré al tanto de la Pepa).-)
Gracias.
Feliz semana