El día de las LIBRERÍAS

LIBROS, LIBRES, LIBRERÍAS

Debe de haber ‘días’ para todo. Si el Náufrago tuviera más memoria – la va perdiendo a  trocitos – creo que podría llenar todos los días del año y algo más. Así que tenga a mano en su almacén: El Día de la Madre, debe de haber también del Padre, no sé si hay de los abuelos, los yernos, las suegras, tías y demás familia. Pero sí recuerda el día de  la Mujer Trabajadora (los hombres no deben de tener día, sólo Noche), Día del Orgullo Gay, Día del Contribuyente, de las Fuerzas Armadas, de los Inocentes, de los Espabilaos, de los Derechos Humanos y Animales… En fin, que si hay Día del Libro, es lógico que haya el Día de las Librerías. Y así hemos llegado al día de hoy: 30 de Noviembre.

No es que el Náufrago lea demasiado, compra más  que luego no termina de leer  a veces o  los lee a cachitos, sobre todo si se trata de poesía. Hoy, por ejemplo, para celebrar  la fiesta entró en una librería. Es acogedora, tanto por las personas que atienden como el ámbito que huele a interés, atención y buen gusto. Tiene dos pisos y diferentes habitáculos, todos ellos diferentes que hace sentirse como en casa.

El Náufrago se dio una vuelta por los distintos departamentos antes  de escoger un libro. No tenía un interés  concreto porque últimamente  ya se había abastecido de lectura. Hizo el recorrido y se fijó en un libro de poemas del que había oído hablar ayer  en una tertulia  de los Desayunos de RTVE sobre el galardonado J.MCaballero Bonald. Debo decir que la tertulia me gustó. Fue bien llevada por la presentadora, y oportunas las preguntas de las demás periodistas.  El  poeta recién galardonado  explicó su concepción de la poesía:  un arma cargada de futuro o de presente.

Dicho esto, los pocos poemas que el Náufrago ha tratado de leer y entender le han dejado un poso de tristeza, tanto en su “Entreguerras”, autobiografía poética, como el que escogió esta mañana. “La noche  no tiene paredes”, del que el propio poeta recitó dos poemas: “La intranquilidad  del deber cumplido” y esta otra del “Prestigio de la duda”.

PRESTIGIO DE LA DUDA

Me basta  con saber que la certeza
Es un perecedero trasunto de la fe,
Me  basta con saberlo y con la perentoria
Convicción de la duda,
Para aspirar a ser retribuido
De tantos deficientes barruntos
De verdades.

No me hace falta más
Para creer al menos que no miento

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