Los bandos del 'Viejo profesor'

EN LA MEMORIA

Mira, Douce, en España, o sea “Enestepais”, hay que morirse para que el personal se deshaga en elogios, digan lo bueno que ‘era’ el difunto, y le suban a los altares del aprecio.

- ¿Y eso va a ocurrir también cuando yo me muera?

- No, Douce. A ti se te quiere ahora que estás viva, y te seguiremos queriendo cuando te vayas. Pero nunca te irás de nosotros. Todos los días, en cantidad de momentos, te veremos acurrucada en tu sillón, bueno, tus sillones, cuando veamos las pelotas de tus juegos. Me acompañarás en mis paseos, te veré sentada atrás en el coche, cuando vea que tus ojos me miran pidiéndome algo… Pero ¿por qué digo cuando tú te vayas, y no soy yo el que se vaya primero…? Dejemos eso. Ahora estás aquí, a mi lado y yo trato de vivir unos momentos con alguien que se marchó, pero sigue estando vivo en su palabra y lo que significa. Sigo.

Este señor del que te hablaba se llamaba Enrique Tierno Galván, aunque amistosamente se le llamaba el “Viejo profesor”, aunque no fuera tan viejo cuando fue expulsado de la universidad a sus 47 años y fuera repuesto cuando Franco, un señor del que nunca te he hablado, se murió también. Entonces, al volver a su cátedra tenía 58. Se le llamaba “Viejo profesor”, más por su cultura  y su personalidad que por sus años.  Ya no nos quedan muchos alcaldes como él, pero de eso no toca ahora hablar

Cuando de verdad se le conoció más, fue cuando fue elegido Alcalde de Madrid en las primeras elecciones democráticas. No sé si ha sido el mejor alcalde de Madrid en estos treinta y dos años porque no he vivido en Madrid en este período. No he visto los patos del Manzanares, ni las flores en los parques públicos. Lo que sí sé y lo que siento, es que fue un alcalde ‘especial’ que se ganó la simpatía de mucha gente y que escribía unos bandos a la antigua usanza, barrocos, pero de un humor que daba gusto leerlos. No eran bandos antipáticos eran guiños para que los ciudadanos de Madrid, sintieran su ciudad como su otra casa y la cuidaran.

Mira, Douce, para respetar su memoria, vamos a leerle y vamos a transcribir uno de esos bandos.  Seguro que le apreciarás y lo entenderás porque tú y tus amigos también erais citados  en algunos de sus edictos:

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BANDO

EL ALCALDE PRESIDENTE del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.

Madrileños:

La Villa de Madrid ha sido siempre ejemplo de convivencia cortés en un ambiente limpio. Circunstancias que todos los madrileños conocen han ido estropeando nuestra Ciudad hasta el extremo que los propios vecinos de Madrid se han hecho desidiosos en cuanto atañe al cuidado de su Ciudad y, en algunos casos, en cuanto a dar buen ejemplo y mantener honestas costumbres. Los vecinos debemos contribuir  con nuestro esfuerzo a que la Villa recobre la limpieza y el decoro que siempre tuvo y que siempre se le ha reconocido.

El trabajo que esto requiere, y para el que pido la ayuda de cuantos en Madrid viven, debe principalmente orientarse, por ahora y hasta que el Ayuntamiento dé nuevas normas sobre calles y fachadas, a procurar que nuestros parques y jardines sean modelos de lugares limpios y apacibles, propios para el esparcimiento, el paseo tranquilo y el sosiego del espíritu. Por lo cual, requiero a los madrileños para que estén al cuidado y eviten dejar hacer papeles y restos de cualquiera clase en los caminos y praderas de los parques y jardines, y que a la vez cuiden de no pisar el césped, que se pierde y estropea con facilidad por la falta de humedad ambiente y por no estar a nuestro alcance regarlo con tanta frecuencia como su mantenimiento requeriría.

Gómez Rufo

Por consiguiente, y para que el cumplimiento de este Bando sea efectivo, se advierte que quienes lo infrinjan serán amonestados por los guardas públicos, y si insistieran en la infracción habrán de abonar la cantidad mínima que prevén las Ordenanzas vigentes, por su imperdonable descuido y falta de educación cívica.

Madrid, 31 de julio de 1979

*Referencia:Bandos del Alcalde