Retazos

BEATUS ILLE

De vez en cuando, también los jubilados están ocupados y no precisamente 'controlando' y dando el visto bueno a las obras municipales. Últimamente, los jubilados se dedican a varias tareas: se ocupan de los nietos, hacen las compras de la casa, sustentan a hijos en el paro, colaboran con alguna 'oenegé', tratan de compartir con gente ansiosa de seguir aprendiendo lo que ellos saben, se dedican a sus hobbies, o sencillamente descansan después de decenas de años trabajando sin quejarse. Hay jubilados, no a los que 'jubilan' por decreto, que conocieron tiempos más duros y lo de ahora no les extraña tanto. Están preparados, de nuevo, para la 'marcha'. Es una generación dura a la que tampoco le regalaron nada.

-"¿Otra vez liándote, papi?"

-Tienes razón, Douce. De nuevo me he ido por los cerros de Úbeda, si es que no les han puesto molinos de ésos.

Vamos, a lo que íbamos. Por razones de trabajo, hoy, para llenar esta página, echamos mano de algo que leía esta mañana y de la que he tomado nota y de paso ponemos aquello que reconstruimos, tú y yo, sobre ocho siglos que también fuimos territorio moro. Porque no fue todo negativo en el An-dalus. Debíamos saber algo de eso de 'civilizaciones' pero no a lo 'Alicia en el país de las maravillas', sí respetando la historia, nuestra historia. Ochocientos años de islamismo, por si lo habíamos olvidado en esa "Memoria histórica". Procedamos:
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APOCALIPSIS POBRE

HE ESCRITO suficiente teatro como para darme cuenta de que aquí la política es un vodevil de vecindario de medio pelo con los papeles mal repartidos y sin un director experimentado que nos haga reír por lo menos. Esto es una tragedia murciana, o extranjera mal traducida que no se entiende ni medianamente, que cambia de rumbo día sí y día no, y acaba por dar asco. Desde los ministros a los sindicatos, desde los controladores a la policía de tráfico, desde los emigrantes a los nativos, desde las damiselas a los boxeadores como Cascos... Nunca se han visto más informativos tan llenos de noticias ya somníferas ya productoras de insomnio. Sólo interesan los balones de oro, más por el oro que por los balones... El tiempo atmosférico ha trastornado el mundo y sus estaciones, incluso las del ferrocarril. A la cultura, ausente, se le levantan palacios infinitos mientras los trabajadores no tienen dónde reclinar su cabeza y su paro... Creo que es un tiempo bueno no para contar lo que se ve, sino para morir. Mis ojos, y temo que los de hombres más importantes, están llenos de máculas que no nos dejan ver. Quizá sea lo mejor. Se trata de un Apocalipsis de corrala.
ANTONIO GALA. (La tronera)

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