La Caza

El Náufrago no va a hablar – o al menos va a intentarlo – de las ‘coincidencias’ de rifles en el coto de Torres. Si hacemos caso a alguno de los cazadores, de ‘buena puntería’, según modesta confesión propia, a esos concilios se va ‘a disfrutar de la Naturaleza, dejar los problemas en el despacho y a hablar de sus cosas’. Nada que objetar a tan humanos propósitos.

El ‘deporte’ de la caza, en dos películas clásicas del cine español: “La caza”, de Saura y “La escopeta Nacional”, de Azcona-Berlanga, el ‘deporte’ se convierte en metáfora y quedan claras cuáles son ‘nuestras cosas’. Pero tampoco de eso quiere hablar el Náufrago. Parece que este ‘deporte’ en poco se parece ya a la necesidad del ‘homo venator’ que cazaba para subsistir. Fueron los reyes y nobles desocupados los que inventaron este modo de matar el tiempo, y de paso a los indefensos animales. Hoy los dueños de los cotos se llaman ‘empresarios’, con todo lo que eso significa. Nada prohibido, el ‘negocio’. Y el ‘negocio’, como decían los latinos (‘nec-ocio’) es lo contrario de estar con los brazos cruzados, algo que se crea para ‘trabajar’. La broma de la semana pasada está calculada en 25.000 €uros, como ven una menudencia, si se trata de cenar, cazar, alojarse y disfrutar de la Naturaleza.

Se supone que en esta caza que se llama ‘mayor’, no se trata de probar la puntería disparando a humildes liebres, codornices o perdices, sino a ciervos, jabalíes, muflones u otros venados, que luego exhibe entre sus cuernos (del animal), el diestro cazador, sonriente y satisfecho de su hazaña. Hasta cuatro ejemplares abatieron, cada uno, dos de nuestros cazadores.

Y es aquí, por las alineadas piezas abatidas, por donde se pasean orgullosos los triunfadores. Hasta enviarán las cabezas de los animales al taxidermista para colocarlas con sus cuernos en la pared, encima del sofá o en la boca de la chimenea, si no les da porexhibirla en su despacho. Dicen que esto de repartir tiros a animales indefensos y acorralados resulta hasta ecológico. Hace falta morro. Douce, la perra del Náufrago, que está al loro dice que se lo pregunten a los animales. Seguro que les contestan que están encantadísimos.