San Blas, las cigüeñas y las gargantillas

POR SAN BLAS, LA CIGÜEÑA VERÁS...

Echó el Náufrago un vistazo al calendario esta mañana , para señalar una fecha y cita y vio que era martes 3, festividad de San Blas. Este nombre tan corto, al que algunos añaden obispo de Sebaste, actual Sivas de la antigua Capadocia, hoy Turquía, sacó del armario o del almario de los recuerdos, sonidos de fiestas populares, viejos refranes y sobre todo un rito familiar. Su madre, mujer severa y piadosa, cosas que aunque parezca extraño, suele ir bastante de la mano, traía a casa ‘gargantillas’ para todas las gargantas familiares. El Náufrago, niño, se la ponía obediente alrededor del cuello, un poco escéptico de que una cinta tan fina, por muy bendecida que estuviera por el santo médico y obispo fuera remedio de anginas y resfriados. Sea como sea, a pesar de los crudos inviernos castellanos su garganta funcionaba. Apuntémoselo al obispo que según la leyenda salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado.

Actualmente el Náufrago no se pone gargantillas, pero si recuerda la vieja canción del dúo León y Quiroga: “De la feria de Sevilla / él le trajo una alianza, / gargantilla de corales/ y unos zarcillos de plata. /Y parecía una reina / asomada a su ventana.” ¡Ay, cómo se lleva el río de la vida las viejas gargantillas aunque no fueran de corales! Ahora el Náufrago se anuda al cuello una bufanda porque ya ni las cigüeñas meteorólogas vuelven por San Blas para anunciarnos la llegada del buen tiempo. Ya se encargan en la tele de señalarnos los mapas de los vientos, las lluvias, la nieve y las borrascas.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Lo que yo recuerdo es que mi madre y mi abuela canaria cuando estornudábamos o tosíamos nos decían SAN BLAS!!!.

Nunca entendí por qué ...

Tendría que haberme puesto alguna gargantilla contra los estornudos y el resfrío?? :-)

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