El 23-F de Fernández Bermejo

EL CAZADOR CAZADO

Hace tan sólo cuatro días recogíamos en esta bitácora el eco de los aplausos que el día anterior en el ruedo de la Cortes había recibido su ‘no dimito’ al grito de ‘¡torero’, torero!’. Aquel miércoles salía de la Plaza de las Cortes por la puerta grande del ‘triunfo’, aunque con manchas de sangre en su taleguilla. Parecía que el torero, altivo y desafiante, no iba a apearse del burro de su soberbia a pesar de las meteduras de pata, y las licencias, sin licencia, que se había permitido apoyado en su cargo y condición.

Hoy sale por la puerta de atrás, sin reconocer sus yerros, echando la culpa a otros que han querido abortar su ‘ilusionante’ proyecto. El cese, disfrazado de dimisión, no deja de ser, por amañado y forzado que sea, dadas las coyunturas electorales, una feliz sorpresa. Por una vez, que no sentará precedente, a un Ministro del Gobierno se le ‘dimite’, por necesidades de superior interés.

Vaya en paz, señor Bermejo, su proyecto ‘ilusionante’ no se detendrá. Sin embargo hay mucha gente que no le echará de menos. Sobre todo no tendrá que aguantar su arrogancia y sus modales.




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Habrán tenido algo que ver los 12 billetes "de a 500"?
La pena es que no dimita con él toda su "jaleadora" cuadrilla.
Del nuevo ministro solo he visto su cara pero, si como decía el refrán, "según San Andrés, quien tiene cara de burro, lo es", que nos cojan confesados. Ya veremos qué tal lidia con los jueces, aunque para hacerlo mejor que su antecesor no hay que esforzarse mucho.

Me alegro de que se haya solucionado el estropicio de geometría espacial.

Besos.

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