Lo que va de 'TÚ' a 'USTED'

VERDADES Y CONSECUENCIAS DEL 'TUTEO'

Pues ya ven un chiste de esos conocidos que circulan por ‘internés’ sobre la diferencia que puede existir entre el ‘ustedeo’ y el ‘tuteo’, ha llevado al Náufrago a reflexionar sobre tan capital asunto. Las sutiles fronteras que separan entre los hispanohablantes peninsulares entre el ‘tú' y el ‘usted’, aparentemente claras, se ven traspasadas fácilmente en esta España del ‘buen rollito’ y el ‘todo vale’. El Náufrago no incluye en estas disquisiciones el ‘voseo’ más o menos usado, según las latutudes, en los países de habla hispana del otro lado del charco, porque no conoce a fondo su uso y circunstancias.

Nos ceñiremos pues al habla peninsular, haciendo excepción del ‘vosotros ustedes’ andaluz que no deja ser una inteligente fórmula ambivalente. El criterio del Náufrago en admitir o utilizar eso de ‘tutear’ y ‘ustedear’ no es rígido y depende a veces de los matices puramente afectivos que sienta para acercarse o mantener cierta distancia.

Lo que sí parece o debería parecer cierto es que el ‘tú’ es una muestra de cercanía e igualdad, que debe ser aceptado por los afectados y el ‘usted' una marca de distancia o respeto, ya sea por la edad, la autoridad o el mero deseo de mantener cierta distancia. Evidentemente esas fronteras no son inflexibles y rígidas y en la misma conversación pueden ser atravesadas, cuando la situación lo pida o aconseje. Dependen también de la circunstancia, el tono o el carácter de los ‘tuteados’ o ‘ustedeados’.

Descendemos a algunos ejemplos concretos y personales, por lo tanto peculiares. Mientras fue profesor, en el trato con sus alumnos, usaba el tuteo con aquellos alumnos que convivía a diario y con los cuales intercambiaban el ‘tú’ como prueba de cercanía y mutuo afecto. No sucedía lo mismo si algún chavalito de de 12 ó 13 años al que no conocía , irrumpía en la clase con un “Me ha dicho X que me des el libro que ha dejado olvidado en la mesa”. En casos así, se sentía ‘tuteado’ impunemente y solía contestar: “Oiga, joven, ¿desde cuándo usted y yo hemos comido en la misma mesa?”, sin que el aludido en cuestión percibiera muy bien la diferencia. Y al final se marchaba con el libro, preguntándose a sí mismo, “¿Qué habrá querido decir ‘éste’ con eso de la comida?

Otra cosa que le sorprende es cuando marca el 666 de MoviStar para preguntar cuánto lleva gastado en llamadas y una voz anónima, que por supuesto no le conoce nada, contesta mecánicamente “Para consultar el consumo de tu línea, pulsa 1…” Cosa muy distinta ocurre cuando acude a Carrefour a llenar el depósito de su coche y una voz parecida le dice, al retirar la manguera: “Ha escogido usted Gasolina Súper 95 octanos…” y al colgar, en el supuesto que acierte, le responde “Muchas gracias”. Vamos, que casi suelta los 40 Euros de turno, sonriente.

Hay sin embargo ‘tús’ que le rejuvenecen, junto a los ‘tús’ que le molestan. Lo mismo que hay ‘usted’ que le devuelven a sus años y a la seriedad que expresa su rostro y le ‘envejecen’. (¡Coqueto!)

De todos modos, el chiste que provocó esta perorata indica bien a las claras lo que a veces supone violentar la gramática.

Comentarios

Entradas populares